Desde hace varios días, como en la “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez, a Roberto Madrazo y a Arturo Montiel alguien les está anunciando que ya están muertos, que sus candidaturas apestan y que mejor se hagan a un lado.
No pasa día sin que, como en la novela del escritor colombiano, les aparezca a los dos aspirantes priistas un mensaje, en apariencia anónimo, pero enviado por esa mano que mueve la cuna, donde les dicen claramente que ninguno de ellos es la opción con la que el PRI, y los enormes intereses que se mueven en torno a ese partido, puede pretender recuperar el poder en 2006.
Pero ni Madrazo ni Montiel, igual que lo hacía el personaje Santiago Nasar, quieren darse por enterados y pretende ignorar los funestos y crueles mensajes. Los dos recurren a toda clase de artimañas, como decir que “esto es un complot de Los Pinos” o pedir que “hay que darle vuelta a la hoja”, para ignorar los mensajes directos que, como en los pasquines de la obra del Gabo, les pegan en la cara a los dos precandidatos sentenciados a la muerte política por ese oscuro poder que desde las sombras impulsa la mencionada “tercera opción” para un nuevo candidato o candidata presidencial del PRI.
Y para no darle más rodeos, esa “tercera opción” que parece promover desde las sombras el ex presidente Carlos Salinas de Gortari tiene nombre de mujer y se llama Beatriz Paredes Rangel.
La tlaxcalteca, que desde hace meses promueve fuertemente su imagen para ser candidata a jefa de Gobierno del DF, es la cuña con la que la que los enormes intereses que juegan detrás de la sucesión en el PRI pretenden aniquilar las precandidaturas de Madrazo y Montiel, ante las evidencia y los cálculos fríamente medidos, de que ninguno de esos dos aspirantes le garantiza al priismo un triunfo en la elección presidencial de 2006.
Curiosamente, en las últimas semanas el nombre de Beatriz ha empezado a escucharse insistentemente ya no como la “sorpresa” que creció rápidamente para jefa del Gobierno capitalino, sino como una figura que, en voz de los más influyentes y prestigiados analistas y opinadores, se convirtió en la “opción” , la “tercera opción” con la que el PRI puede salir del atolladero y de la derrota predestinada a la que parecen condenarlo Madrazo y Montiel...
Lo han dicho voces como la de Joaquín López Dóriga, que en su noticiero radiofónico comentaba: “me sorprende la distancia de los órganos encargados del proceso interno en el PRI, quizá le estén apostando a la tercera opción” . También lo han dicho militantes priistas, que aunque menores, como el ex diputado y ex delegado en varios estados, Efrén Leyva, suelen ser mensajeros de las cúpulas del PRI: “ya es tiempo de las mujeres y de los indígenas, Beatriz Paredes Rangel es una de las aspirantes fuertes a convertirse en candidata priista a la Presidencia en 2006.
Cuenta con todas las prendas para ser primero la candidata del PRI y después, presidenta de México, ha sido embajadora, coordinadora del Congreso de la Unión, dirigente de la CNC, gobernadora de su estado Tlaxcala, cargos políticos en los que siempre ha trascendido”.
Y lo han dicho también, conductores de empresas tan poderosas como Televisa, como Víctor Trujillo, desde hace tiempo el mensajero predilecto de Emilio Azcárraga. La encuesta que Trujillo difundió el diez de octubre pasado, en su noticiero, “El cristal con que se mira” , no deja lugar a dudas. “¿Quién podría ser la tercera opción en el PRI?, le preguntaron a los televidentes. Y la respuesta difundida habla por sí sola: Manlio Fabio Beltrones cuatro por ciento, Elba Esther Gordillo siete por ciento, Enrique Jackson siete por ciento, y Beatriz Paredes Rangel 64 por ciento.
A todo eso se suma que a últimas fechas la campaña de Beatriz en el DF parece “reorientada” . En las encuestas que realizan casa por casa, se han introducido preguntas que, más que sondear sus intenciones de voto para jefa de Gobierno del DF, interrogan abiertamente a los ciudadanos sobre cómo verían a la tlaxcalteca como candidata presidencial del PRI.
Y, coincidencia o no, pero sus pautas en radio y televisión, que ya de por sí eran fuertes, se han intensificado, apuntalando la presencia cada vez mayor de la figura de Beatriz como una “tercera opción” a la que no pocos priistas y no priistas ven con agrado. Hace varios meses, en este espacio, le comentamos de una reunión en la que el magnate Carlos Slim, ante influyentes empresarios de la cúpula del país, había señalado que su candidata favorita para la Presidencia se llamaba Beatriz Paredes.
Decía entonces Slim que Roberto Madrazo le parecía “interesante”, pero que si con alguien el PRI podría aspirar a recuperar el poder era sólo con Beatriz, aunque el poderoso empresario reconocía como “muy difícil” evitar que Madrazo fuera el candidato priista.
Algo ha cambiado desde entonces que ya no parece tan “difícil” pensar en que en el PRI pueda surgir una “tercera opción”, sobre todo por el tamaño y el peso de los intereses y los personajes que empujan y presionan por esa posibilidad.