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Beatriz y Enrique, una oportunidad para intercambiar elogios

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- El mensaje madracista dado por Juan S. Millán, representante del dirigente nacional del PRI, es claro: ningún interés debe estar por encima de la unidad del partido. La respuesta del gobernador, Enrique Martínez, también lo es: la unidad es necesaria al igual que el establecimiento de reglas claras para la elección del candidato a la Presidencia de la República.

Poco a poco la gente comienza a apostarse en la entrada y “lobby” del centro cultural Braulio Fernández Aguirre de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C). Priistas de saco y corbata se confunden con los de sombrero y botas y mujeres de traje sastre y vestido con las humildes amas de casa del Movimiento Territorial, quienes esperan sentadas y aburridas el inicio del Encuentro Regional Temático “Desarrollo Industrial” convocado por la Fundación Colosio con miras a la 19 asamblea nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), programado para las diez de la mañana.

Con media hora de retraso, hace su arribo el titular del Ejecutivo coahuilense acompañado por Natividad González Parás y Eugenio Hernández Flores, gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas, respectivamente, y por la presidenta de la Fundación Colosio, Beatriz Paredes Rangel. Detrás de ellos, un enjambre de auxiliares, secretarios y personal de seguridad que tratan de abrirle paso a sus jefes en medio de los abrazos y los saludos de alcaldes, ex alcaldes, ex gobernadores, empresarios y demás personajes del priismo local.

Los aplausos anuncian a los distraídos que el contingente acaba de entrar a la sala de conferencias en donde se tiene programado el acto inaugural. Los funcionarios suben al foro y toman sus respectivos lugares. La lista de nombres a presentar que lee el maestro de ceremonias se va alargando mientras van llegando de último momento los senadores, Manuel Bartlett y Alejandro Gutiérrez, entre otros. El primero, con mucho esfuerzo y con apariencia de cansancio se sienta hasta el fondo, atrás del gobernador.

La primera que toma la palabra es la ex diputada federal, Beatriz Paredes. En su discurso improvisado, hace un recorrido por la versión tricolor de la historia nacional y estatal, enalteciendo nombres de coahuilenses como Francisco I. Madero y Venustiano Carranza. Resalta posteriormente la importancia de la Región Lagunera como centro agrícola antaño e industrial en la actualidad, para rematar con elogios a Martínez y Martínez: “Tenía yo constancia que la mejor manera de prestigiar al partido era con el ejemplo. Gracias por tu ejemplo, Enrique”.

El titular del Ejecutivo se muestra complacido al escuchar la alabanza y entre los aplausos, recibe satisfecho en su lugar con un beso a la oradora que se dispone a tomar asiento.

En representación del ausente, Roberto Madrazo Pintado, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, toma la palabra el ex gobernador de Sinaloa, Juan S. Millán. En la lectura de su largo discurso, Millán redunda en una idea: la necesidad de mantener la unidad del partido a toda costa y sobre cualquier interés. Mientras el representante madracista habla, Enrique y Beatriz intercambian sonrisas y voces. Al finalizar Millán, los aplausos de la audiencia no son tan intensos como los de su antecesora.

En su improvisada intervención, Martínez y Martínez devuelve la lisonja a la presidenta de la Fundación Colosio: “los coahuilenses nos identificamos con Beatriz porque, al igual que ella, nos gusta ver a los ojos, somos honestos, directos y sinceros”. Paredes Rangel sonríe y con las manos hace un ademán de agradecimiento.

Pero, el gobernador coahuilense también responde a la alusión de Millán: “sí es necesario alcanzar la unidad, pero también es necesario establecer reglas claras para elegir al candidato a la Presidencia de la República”.

UNA PEQUEÑA PROTESTA

Al finalizar el acto inaugural del Encuentro, los funcionarios abandonan el foro entre los aplausos de los asistentes. De pronto, mientras el titular del Ejecutivo estatal intenta bajar en medio de los abrazos y saludos, dos mujeres extienden sendas mantas de protesta.

Una de ellas, dice: “Para no afectar su precampaña, el gobernador, Enrique Martínez, le ha permitido al grupo Lala, su aliado, despojarme de mi legítimo patrimonio violando un amparo federal a mi favor”. En la otra se lee: “Ciudadano, marca el dos-NO. Señor gobernador de Coahuila, no queremos que sea candidato a la Presidencia de México porque en su administración se fomenta la impunidad y corrupción, abuso de autoridad ¿cuál sentido humano?”.

La sonrisa de Martínez y Martínez desaparece al ver la pequeña manifestación. Las señoras se atraviesan al paso del gobernador y le exponen su inconformidad y obtienen una respuesta: “ahorita las atienden aquí”.

El jefe de la entidad coahuilense sigue su camino y detrás de él el enjambre de auxiliares, secretarios, alcaldes, ex alcaldes, líderes de sectores y personal de seguridad.

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