M.V.Z. FERNANDO CRUZ CASTILLO
ORIGEN DE LA CAPRINOCULTURA EN LA REGIÓN LAGUNERA
Dentro de los aspectos relevantes del origen del ganado caprino en la Región Lagunera, ya lo detallábamos en un artículo anterior, fueron los abundantes pastos que emergían después de las grandes inundaciones o aniegos que finalmente desembocaban en las lagunas de Mayrán y de Viesca.
Posteriormente a principios del siglo pasado, en la época de las haciendas, las cuales representaban una unidad de producción completa, por su organización y por sus características físicas, ya que eran autosuficientes, pues contaban con una extensión territorial amplia que incluía tierras de cultivo, pastizales y corrientes de agua, en las cuales pastaban las diferentes especies de ganado, entre ellas el ganado caprino.
En la hacienda Porfiriana de la región, el terrateniente buscaba un equilibrio tal que asegurara una producción más o menos estable; una ves logrado esto, la hacienda era abandonada a los administrado-res, a los cuales se les exigía la renta calculada, que se trasmitía de padres a hijos, independientemente de lo que sucediera internamente en la hacienda.
La expansión económica de principios de siglo pasado, crea un aumento en la demanda de materias primas, contándose el algodón entre las más preciadas. Su siembra con inversionistas extranjeros, permitido por el Porfiriato, provoca el auge de la Comarca Lagunera, hasta alcanzar límites jamás imaginados por sus primeros pobladores.
El acaparamiento de las mejores tierras en pocas manos, marcado sustancialmente desde esas épocas nos da una idea de cuántas personas tenían el dominio territorial y la posesión de los hatos ganaderos.
Para el año de 1930 existían en la Comarca Lagunera: 130 haciendas, 93 ranchos, diez ejidos, 77 parcelas comunales y 21 fraccionistas; muchos de ellos eran nominales, pues pertenecían a un solo propietario. En todos estos lugares existían hatos de ganados, tanto de bovinos, caprinos, ovinos y equinos. Pues era muy común que los pastores de la hacienda hicieran las majadas y rebaños en las áreas marginales de la misma o en los predios que no eran aptos para la explotación agrícola.
Se puede asegurar que en esa época la ganadería no tiene un peso específico, sino que se le considera como una actividad marginal, en un ámbito rural en el que domina absolutamente la producción agrícola.
Otra de las limitantes, era el temor a que el patrón o dueño de la hacienda en reiteradas ocasiones acusaba -en complicidad con los sacerdotes- a los pocos caprinocultores que osaban tener pequeños ganados de cabras, de que le robaban o saqueaban sus ganados, esto, con la intención de apropiarse de esas cabras o de que nada más sus ganados comieran en esos grandes agostaderos.
Durante el Cardenismo -Reparto Agrario- el ganado que era de los hacendados, pasa a ser propiedad de los mismos beneficiados de dicho reparto de tierras, así los hatos ganaderos se diseminan más en pequeños lotes a los ejidatarios, aunado a estos hatos, se contaba con otros más, que eran de los medieros, aparceros o libres de cada rancho, con lo cual para esa época en la Región Lagunera se contaba con un inventario aproximado de 170 mil caprinos y 93 mil bovinos.
En esa época el objetivo principal de la producción era la carne, pues era muy común la venta de carne de ganado caprino, tanto en la ciudad como en las comunidades, así como de la leche bronca y el queso fresco de esta especie. Todo esto le dio sustentabilidad a la caprinocultura de la región.