LA CORUÑA, ESPAÑA.- El Barcelona dio un nuevo paso hacia la consecución del título de Liga tras imponerse por 0-1 al Deportivo en La Coruña, en un encuentro en el que los del holandés Frank Rijkaard, sin grandes alardes, pero con una gran solvencia, se impusieron a un conjunto gallego que acusó en exceso la falta de un rematador.
Visitantes y locales se empeñaron en acotar, al menos en la primera mitad, todo el peligro al estrecho pasillo que recorre una de las bandas de Riazor, en la que Enrique Romero y Albert Luque, por los deportivistas, y Belletti y el francés Ludovic Giuly, por los azulgrana, las mostraron virtudes y carencias de cada equipo.
Por el lado barcelonista, la decisión parecía motivada por la clara superioridad del interior diestro galo, que superó una y otra vez por clase y velocidad al veterano zaguero Romero, mientras que por el lado blanquiazul la razón hay que buscarla en la cada vez más evidente incapacidad de Diego Tristán en la delantera.
El ariete sevillano, pese a intentarlo en todo momento, parece muy lejano de aquel delantero que maravilló hace varias temporadas, por lo que las opciones ofensivas de los gallegos quedan reducidas únicamente a la capacidad de sorpresa de Luque desde la banda izquierda.
No es de extrañar por tanto que las primeras opciones de peligro llevaran la firma del internacional español, empeñado en caer una y otra vez en fuera de juego y de Giuly, que no desaprovechó un remate fallido de Silvinho al rechace de una falta cobrada por Márquez para poner a los diez minutos de juego el 0-1.
Reaccionó con entereza el Deportivo, que logró, gracias sobre todo al espectacular trabajo del brasileño Mauro Silva, arrebatar al Barcelona el balón y el dominio del juego, aunque la sapiencia de Mauro y la clase de Valerón, pierden cualquier sentido ante la falta de poderío rematador.
Consciente de las dificultades de los locales para marcar, el Barcelona tramitó el choque con cierta suficiencia, convencido de que su arsenal ofensivo, sí era capaz de alterar en cualquier momento el marcador.
Como a punto estuvo de hacerlo el portugués Deco a los treinta y ocho minutos en un disparo lejano, que tras rebotar en Coloccini, se estrelló en larguero, en lo que bien pudo haber sido el segundo gol.
Pudo resolver el Barcelona el encuentro nada más comenzar la segunda mitad, pero el tiro de Eto?o, tras una espectacular pared con el pecho de Ronaldinho, se fue ajustado al palo izquierdo de la portería defendida por el uruguayo Gustavo Munúa.
Ni la expulsión al minuto 51 de Rafael Márquez acabó con la sensación de que los catalanes sentenciarían el choque cuando y como quisieran, incluso sin Ronaldinho, que una vez más pareció marcharse del campo sin ofrecer todo el juego del que es capaz.
La sustitución del brasileño pareció espolear al Deportivo, que dispuso de una inmejorable ocasión en las botas de Tristán, pero el corazón no parece argumento suficiente para doblegar a este Barcelona, que dio un nuevo paso para proclamarse campeón.
Encuentro correspondiente a la vigésimo novena jornada de Primera División disputado en el estadio de Riazor ante 35.000 espectadores. Lleno. Antes del inicio del encuentro la peña Riazor Blues desplegó una inmersa pancarta en la que se podía leer ?Non racismo fascismo?, recibida por una fuerte ovación
Deportivo de La Coruña: Munúa; Scaloni, Coloccini, Andrade, Romero; Sergio (Fran, 56?), Mauro Silva (Duscher, 70?); Víctor (Munitis, 64?), Valerón, Luque; y Tristán.
Barcelona: Víctor Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Silvinho; Xavi, Márquez, Deco; Giuly (Gerard, 55?), Eto?o (Maxi, 90?) y Ronaldinho (Iniesta, 68?).
Faltan nueve partidos
El holandés Frank Rijkaard, entrenador del Barcelona, no se dejó llevar por la euforia y pese a reconocer la importancia del triunfo logrado en Riazor, aseguró que todavía no es momento para dar por conquistado el título de la Liga española.
?Esto es futbol y después de ganar un partido importante como hoy ya hay que pensar en el siguiente y a nosotros todavía nos faltan todavía nueve partidos muy importantes, por lo que no podemos hablar del título hasta que no lo digan las matemáticas?, señaló Rijkaard.
El preparador azulgrana, que reconoció que la enorme satisfacción la victoria sobre el Deportivo, destacó el gran trabajo desplegado por todos sus jugadores, en especial a partir de la expulsión del centrocampista Rafael Márquez.
?Ha sido una victoria muy trabajada de la que me gustaría destacar la capacidad del equipo para sufrir cuando hay que hacerlo sobre el campo?, añadió el técnico.
En este sentido, Rijkaard justificó la sustitución del delantero brasileño Ronaldinho, en la necesidad de ajustar el equipo para frenar las acometidas del conjunto gallego.
?Ronaldinho ha trabajado muy bien como todo el equipo, pero con la expulsión de Márquez algo había que hacer, porque tras unos diez primeros minutos muy buenos, poco a poco fuimos dejando más espacio a los centrocampistas del Deportivo que de este modo volvió a engancharse al encuentro?, concluyó el entrenador.
Por su parte, Javier Irureta, técnico del Deportivo de La Coruña, aseguró que la clave había estado en el tempranero anotado por el Barcelona, que a su juicio se dedicó desde entonces a ?rentabilizar? el gol del francés Ludovic Giuly.
?Ya había advertido que este partido iba a ser de resultado corto y en el que el que se adelantara en el marcador, como así ha ocurrido, tendría mucho ganado, porque el Barcelona marcó ese gol en un rechace en el que estuvo muy listo Giuly y luego supo rentabilizarlo?, señaló Irureta.
El preparador blanquiazul, que calificó al Barcelona como el ?próximo campeón de Liga?, destacó tanto el trabajo de su equipo como el apoyo de la afición, que llenó Riazor, aunque reconoció que a los gallegos les había faltado ?más pegada?.
?En la primera parte salimos un poco agarrotados, como asustados, mientras que en el segundo tiempo sí supimos llevar la iniciativa, aunque quizá estuvimos un poco precipitados arriba, nos faltó más pegada?, concluyó el preparador.