Roma puso en marcha un mecanismo de defensa que incluye el cierre del espacio aéreo y misiles antiaéreos.
ROMA, (Reuters).-Preparándose para la llegada de más peregrinos y presidentes que en cualquier otro momento en su historia para el funeral del Papa Juan Pablo II, el próximo viernes, Roma puso en marcha un mecanismo de defensa que incluye el cierre del espacio aéreo y misiles antiaéreos.
Las operaciones de control de multitudes ya están en curso, mientras se establecen tiendas y campamentos en la ciudad para los centenares de miles de fieles sin alojamiento.
Miles de refuerzos de policía llegan de toda Italia, y las autoridades no saben bien qué esperar. La mayoría de los pronósticos consideran que podrían llegar 2 millones de fieles, pero algunos dicen que podrían ser 4 millones, un total que podría duplicar la población de Roma.
"No tenemos un pronóstico verdadero (de cuántos fieles llegarán) y debemos actualizar el plan de acuerdo a la situación", dijo Guido Bertolaso, coordinador de la seguridad en Roma durante el funeral. "Habrá momentos críticos".
La llegada masiva de peregrinos, muchos con bolsas de dormir, es un tributo al Papa que más ha viajado en la historia, quien visitó 129 países y territorios, desde Chile a las estepas de Kazajstán, llevando su mensaje de paz y unidad.
Entre los líderes mundiales que planean presenciar el funeral se encuentran desde el presidente de Estados Unidos George W. Bush hasta el presidente de Siria Bashar al-Assad, convirtiendo al servicio en el más concurrido de la historia del Vaticano.
El funeral de Juan Pablo I en 1978 contó con la presencia de sólo 105 de las personalidades más importantes. La delegación de Estados Unidos fue liderada por la esposa del presidente Jimmy Carter, Rosalynn, en lugar del propio mandatario.
AVIÓN DE VIGILANCIA
Para proteger a los mandatarios, Roma cerrará su espacio aéreo durante el funeral. La Fuerza Aérea también dijo que preparará misiles antiaéreos y desplegará un avión de vigilancia de la OTAN, diseñado para momentos de visitas de alto perfil.
Italia tomó medidas similares durante la cumbre del Grupo de los Ocho, en Génova en el 2001.
Pero la experiencia previa no será suficiente frente a esta afluencia sin precedentes, que hace parecer pequeña la presencia de los 250 mil visitantes que llenaron la plaza de San Pedro para la beatificación de la Madre Teresa en el 2003, uno de los acontecimientos más populares del pontificado de 26 años de Juan Pablo II.
El bajo costo del transporte aéreo moderno promete la llegada de aún más peregrinos de última hora. El martes, Austrian Airlines ofrecía un boleto especial a Roma a bajo precio, y fieles del Papa de Polonia buscaban vuelos contratados especialmente para la ocasión.
La infraestructura de Roma y las operaciones de control de la multitud ya están bajo tensión. Una ucraniana murió de un ataque cardíaco el fin de semana y muchos otros peregrinos se desmayaron en medio de la muchedumbre que desbordaba la Plaza de San Pedro.
Los visitantes luchaban por conseguir espacio en los autobuses de Roma y testigos dijeron que los carteristas robaban a los turistas en trenes subterráneos repletos, sabiendo que la policía estaba ocupada y poco podría hacer para detenerlos.
