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CARACAS, VENEZUELA.- Adversarios y simpatizantes del presidente venezolano Hugo Chávez protagonizaron ayer una batalla de piedras y botellas en el centro de Caracas, cuando una marcha opositora buscaba llegar a la sede del Parlamento para exigir la designación de nuevas autoridades electorales.
La protesta de cientos de opositores fue interceptada por “chavistas”, que gritaban consignas a favor del presidente y contra la marcha, a poca distancia del Palacio Legislativo.
Los bomberos locales reportaron seis personas heridas por piedras, botellas, fuegos artificiales, además de una con politraumatismos, producto de una golpiza.
Algunos manifestantes se quejaron que los cuerpos de seguridad no intervinieron rápidamente para disolver el enfrentamiento.
“Me pegaron por la cabeza con un palo (...). Estaba la Policía Metropolitana al lado mío, había por lo menos cuatro policías y no hicieron nada”, dijo Marisela Riera, una bailarina de 50 años.
Es el más reciente incidente que se presenta en Venezuela, que vivió dos años de agrio conflicto político en torno a Chávez, pero volvió a la calma luego que el mandatario triunfó en un referendo sobre su mandato en agosto de 2004.
La Oposición acusa a Chávez de dirigir un Gobierno autoritario que controla todas las instituciones del Estado, incluyendo al Parlamento y al Consejo Nacional Electoral (CNE).
Dirigentes opositores han exigido a la Asamblea Nacional que se elijan antes de las elecciones parlamentarias de diciembre a las nuevas autoridades del CNE, porque acusan a la actual directiva de actuar en favor del oficialismo.
Los enfrentamientos se registraron en la víspera de una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Caracas para discutir la “Carta Social de las Américas”, impulsada por Chávez.
La periodista opositora Patricia Poleo llamó a los asistentes a la reunión a “que miren cuál es la democracia que hay en Venezuela, que nosotros ni siquiera con un permiso, que ni siquiera siguiendo todas las normas pudimos llegar a la Asamblea Nacional”.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional y cercano aliado de Chávez, Nicolás Maduro, repudió la violencia y dijo que ordenó las investigaciones correspondientes sobre el incidente.
“Teníamos informaciones que iban a tratar de montar un escenario violento con el objetivo de tratar de empañar la reunión de la Carta Social”, dijo a una televisora.
“Habría que ver si fue una autoemboscada, si fue una confrontación con algún sector de los trabajadores de la economía informal, habría que ver. En todo caso es condenable”, agregó.
