La Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto anunció una huelga generalizada en esa urbe, vecina de La Paz y punto de ingreso a la sede de Gobierno.
La Paz, (EFE).- El bloqueo de la vía entre el oriente de Bolivia y la frontera argentina y el fracaso de diálogo entre el Gobierno y los dirigentes vecinales de El Alto, que llamaron a una huelga para el miércoles, subieron hoy la tensión social en el país.
A estas acciones reivindicativas se suman varias protestas menores por demandas sectoriales, que mantienen cortado desde el lunes el tráfico de la carretera troncal, entre las poblaciones andinas de Oruro y La Paz.
El camino entre el departamento de Santa Cruz y Argentina fue cortado hoy en la localidad de Camiri, a 294 kilómetros al sur de la capital cruceña, en una movilización del Comité Cívico de esa región.
Los manifestantes reclaman que esa pequeña ciudad vuelva a ser una de las sedes principales de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que será refundada con la reforma petrolera que discute el Congreso.
Desde ese lugar, la emisora "El Camireño" dijo a EFE que cerca de mil personas obstaculizaron la vía en la entrada y salida de esa ciudad y existen más de 120 vehículos, entre camiones, autobuses y cisternas parados, la mayoría con destino a Argentina.
El bloqueo viario, que también impide el paso a la ciudades sureñas de Sucre y Tarija, pretende ser indefinido, como el paro de actividades iniciado también hoy en Camiri, a donde viajó el ministro de Interior, Saúl Lara, para negociar la suspensión de la medida de fuerza.
El paso desde los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz hacia La Paz y Oruro, y por ende a los puertos del Pacífico, en Chile y Perú, se encuentra interrumpido desde el lunes en el altiplano paceño por comunidades que reclaman atención a problemas educativos, reformas a la ley de hidrocarburos.
Otros bloqueos en los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí, además de una marcha de aymaras que se dirige a La Paz para pedir respeto a los derechos de los pueblos indígenas en la nueva ley petrolera son parte del panorama de conflictos que rebrotan en Bolivia, cuando el presidente, Carlos Mesa, se encuentra de visita en Uruguay.
La mayor preocupación del Ejecutivo se centró en la ratificación de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto de que para mañana, miércoles, se producirá una huelga generalizada en esa urbe, vecina de La Paz y punto de ingreso a la sede de Gobierno.
El dirigente de esa entidad, Abel Mamani, aseguró hoy a EFE que el Gobierno puede frenar la huelga si decide intervenir la empresa Aguas del Illimani, filial del grupo francés Suez, como una señal de su decisión de rescindir el contrato con esta firma.
Según Mamani, que protagoniza una huelga de hambre con otros dirigentes desde hace una semana, los vecinos de El Alto "quieren una señal práctica de que ha comenzado la transición" para expulsar a esa empresa privada, a la que acusan de no ampliar su servicio y cobrar tarifas altas en el servicio de agua y alcantarillado.
Las juntas vecinales de El Alto protagonizaron en enero pasado una huelga que paralizó la ciudad durante tres días para que el Gobierno resolviera el contrato con Aguas del Illimani y ahora quieren que la medida sea efectiva de inmediato y no en el plazo de seis meses propuesto por las autoridades para hacer la auditoría correspondiente.