Contrajeron matrimonio civil la sala Guildhall, posteriormente recibieron la bendición en la Capilla de San Jorge.
WINDSOR, Inglaterra (AP) .- El príncipe Carlos y Camila Parker Bowles se casaron el sábado, formalizando una relación de décadas que sobrevivió a turbulencias y escándalos durante el primer matrimonio del príncipe con la princesa Diana.
Camila ahora pasa a ser oficialmente la princesa de Gales, como lo fue Diana, pero ha dicho que cederá ante la opinión pública y portará solamente el título de la duquesa de Cornwall.
Sonrientes y felices, los contrayentes saludaron a miles de entusiasmados simpatizantes, y salieron tomados del brazo de la ceremonia, una boda civil, en la sala Guildhall. Sin embargo, no se besaron ni se abrazaron en público.
La pareja fue luego a la Capilla de San Jorge donde el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ofició una ceremonia de bendición, en la que Carlos y Camila debieron confesar "múltiples pecados y malicias", parte de un rezo incluido en el anglicano Libro Común de Plegarias. Luego juraron lealtad conyugal.
A veces el príncipe Carlos lució algo inquieto, pero la novia estuvo siempre calma. No proclamaron en perfecto unísono la promesa de "crecer juntos en amor y paz todos los días de nuestras vidas".
La reina Isabel II asistió a esa ceremonia, junto con otros 800 invitados, entre ellos el primer ministro Tony Blair. La reina empero no fue a la boda civil.
Después de la boda civil, ante vivas y aplausos de unos 15.000 simpatizantes y alguno que otro abucheo, la pareja fue llevada al Castillo de Windsor Castle mientras una banda tocaba música matrimonial.
Para la boda, Camila vestía un abrigo de seda tejido con borde espinado, y un vestido de chifón parejo, todo en blanco hueso. También llevaba un sombrero de paja y encaje con detalles de plumas. Carlos, a diferencia de su primera boda, no vistió su uniforme militar sino un traje de chaqué. Para la ceremonia de bendición, Camila portó un vestido azul con bordes dorados.
La simplicidad de la boda marcó un agudo contraste con la fastuosidad y la pompa que caracterizaron las primeras nupcias de Carlos, en 1981, cuando se casó con la princesa Diana en la Catedral de San Pablo.
Estallaron aplausos y gritos de júbilo cuando llegaron los príncipes Enrique y Guillermo. Guillermo sonrió a los asistentes, y Enrique saludó tímidamente con la mano.
Algunos abucheos emanaron de la multitud cuando llegaron los novios, pero quedaron rápidamente ahogados por los aplausos y vivas de la mayoría.
Algunos británicos siguen resentidos por la relación entre Carlos y Camila, a la que culpan por el fracaso del matrimonio del príncipe con Diana.
La ceremonia fue algo inédito para la monarquía británica, siempre estrictamente apegada a sus tradiciones: Fue una boda civil, en un edificio simple, entre dos divorciados, y no asistió la reina Isabel II.
Este poblado llevaba semanas preparándose para el evento, y una multitud esperó horas en clima frío pero soleado para ver a la pareja. La ceremonia se había postergado dos días debido al funeral del papa Juan Pablo II.
"Es cuestión de él con quién quiere casarse", dijo Barbara Murray, de 41 años, quien acampó durante la noche con sus dos hijas. "No importa a quién haya escogido, ninguna será igual que Diana".
Las medidas de seguridad fueron sumamente estrictas: Francotiradores en las azoteas, agentes de civil merodeaban entre la multitud, perros y policías armados patrullaban las calles.
Hubo un solo incidente: un exhibicionista se separó de la multitud y salió corriendo. Fue arrestado inmediatamente sin mayor resistencia.
Cuando el príncipe Carlos asuma el trono, Camila será oficialmente reina, pero desea que se le refiera como la princesa consorte, en vista de las encuestas según las cuales el 70% de los británicos se resisten a ser súbditos de una reina Camila.
Carlos conoció a Camila Shand hace más de 30 años en un paseo por el campo, pero luego se incorporó a la Armada Real y ella se casó con Andrew Parker Bowles.
En 1981, el príncipe se casó con Diana Spencer, quien entonces tenía 20 años. La joven princesa conquistó el corazón del pueblo, mas no el de su propio esposo. Carlos, años después, admitió que tuvo relaciones con otras durante su matrimonio. Ella también confesó amoríos.
Carlos y Diana se divorciaron en 1996, y Camila se divorció en 1995.
Luego del fallecimiento de Diana en 1997, Carlos y Camila paulatinamente comenzaron a salir en público. En febrero anunciaron sus planes matrimoniales.