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LONDRES, INGLATERRA.- Las autoridades británicas tienen el gran reto de garantizar la seguridad en la boda del príncipe Carlos de Gales y Camilla Parker, después del aplazamiento del enlace matrimonial y los diversos escándalos vertidos sobre la vigilancia.
Fuentes policiales confirmaron que el retraso del enlace real, que se celebrará mañana sábado en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, debido a los funerales del Papa Juan Pablo II, se ha convertido en una pesadilla para la policía.
El temor a un atentado o al intento de personas de organizar algún incidente para llamar la atención, junto con protestas contra la monarquía o de los seguidores de la desaparecida princesa Diana de Gales, son algunos de los riesgos a los que se enfrenta la policía.
El número de efectivos destinados a la seguridad ha generado mayores problemas, ya que ahora gran parte del personal que no trabaja el sábado, deberá hacer horas extras lo que genera problemas logísticos y un fuerte incremento del gasto.
El comisario de la Policía Metropolitana (Met), Ian Blair, máximo responsable de los efectivos policiales nacionales, reconoció que existen fuertes peligros potenciales, por ello se prevé que más de mil policías controlen la zona.
A las complicaciones por el aplazamiento de la boda real se sumaron en los pasados días los escándalos por los diversos fallos en las barreras policiales y los sistemas de seguridad en donde se llevará a cabo el enlace.
El miércoles, dos turistas polacos lograron llegar a la ventana de la habitación de la reina Isabel II, situación que puso en duda el estado de la seguridad.
A este incidente se sumó este jueves el escándalo desatado por el diario británico The Sun, después que uno de sus reporteros logró colocar una bomba falsa en el interior del castillo de Windsor.
La preocupación por los fallos policiales fue manifestada también por el comisario de la Policía Metropolitana, quien expresó su ?irritación? por lo ocurrido.
Blair señaló que las fuerzas policiales británicas harán todo lo necesario por garantizar la seguridad de los invitados, entre los que -además de la monarquía-, estará presente el primer ministro británico Thony Blair. ?Somos probablemente la primera fuerza en el mundo en controlar eventos de esta naturaleza y hemos revisado nuestros planes de contingencia una y otra vez?, aseguró el comisario de la Policía Metropolitana.
Cientos de efectivos controlarán el interior del castillo de Windsor, mientras que una fuerte barrera policial garantizará la seguridad de los novios durante el trayecto del castillo al Guindhal, donde se llevará a cabo la ceremonia civil.
También está prevista la colocación de francotiradores en los tejados y que numerosos policías vestidos de civiles permanezcan entre el público.
Las calles entorno al Guindhal permanecerán cerradas al público y también habrán restricciones en las carreteras de la zona y en el espacio aéreo, a pesar de que esto podría generar problemas por su proximidad de Windsor al aeropuerto londinense de Heathrow.
La reina quería posponer el enlace para el Otoño
La reina Isabel II quería posponer la boda del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles medio año, según publicó el diario británico The Sun .
El periódico aseguró con base en una fuente de la casa real que la soberana hubiera preferido celebrar el enlace el próximo Otoño, en vez de aplazarlo un día al sábado, como finalmente se hará.
En una conversación telefónica con su madre, Carlos rechazó esta idea.
En un principio, el heredero ni siquiera quería aplazar la boda un día, pero Isabel II se impuso y además le ordenó que acudiera el viernes a los funerales de Juan Pablo II en Roma.
Mientras tanto, se discute quién asumirá los costos adicionales que genera el aplazamiento de la boda. Estos podrían duplicarse hasta ascender a hasta tres millones de euros (unos 3.8 millones de dólares), porque los policías cobran un suplemento por trabajar en sábado.
Una portavoz de Carlos negó, sin embargo, que éste tenga previsto asumir parte de los gastos: ?Los costos de seguridad son un asunto de la policía y el ministerio del interior?.
Desairada recepción
Falta un día para la boda real, pero el entusiasmo no aparece en Inglaterra.
-No sólo la reina tiene previsto faltar. Casi todos los demás monarcas y herederos de Europa se limitarán a enviar una tarjeta de felicitación, señala la prensa.
-Prefieren no tener nada que ver con esta boda ?del príncipe y su amante?, añaden los periódicos. Eso sí. Tras el aplazamiento del viernes al sábado, algunos deberán inventarse otra excusa.
-Si la boda no se posponía, tampoco el primer ministro británico, Tony Blair, y el arzobispo de Canterbury, hubieran acudido: los funerales de Juan Pablo II eran prioridad.
-Ahora el príncipe de Gales tuvo que buscarse un hueco entre otras tres bodas civiles previstas para el sábado en Windsor. Las parejas habían reservado turno hace meses y no creen que deban alterar sus planes por Carlos y Camilla.
-?El futuro rey deberá acomodarse a nosotros?, dijo el ingeniero Fraser Moores. La prensa británica se deleita en tanto con ?La boda fracasada, capítulo 460?.
FUENTE: SUN-AEE