Harbin (China), (EFE).- Una treintena de parejas de toda China celebraron una boda multitudinaria sobre el hielo de la nevada ciudad de Harbin, la más fría del país, a más de 20 grados bajo cero y en el interior de un templo budista hecho de grandes bloques de agua helada.
Los recién casados posaron estoicamente para la ocasión durante más de media hora en la escalinata del helado templo, de 25 metros de altura y situado en un céntrico parque de la ciudad harbinesa, situada en el extremo noreste del país y cercana a Siberia.
"Hace muchísimo frío, pero hay calor en mi corazón", afirmó a EFE Zhu Guangzhuang, una novia venida de Pekín para cumplir su sueño de casarse de una forma original.
"Valió la pena pasarlo un poco mal, porque recordaremos siempre este momento como algo muy romántico", destacó por su parte el recién casado Rong Gang, otro de los participantes en la ceremonia múltiple.
Casi todas las novias que participaron en el enlace llevaron un vestido de boda occidental, blanco, pero combinado con un grueso anorak para combatir el frío, y ninguna optó por el color rojo que se usaba en las bodas de la China imperial.
Teng Zhiping, ciudadano de Harbin que ya casó en años anteriores a varias decenas de parejas a la vez, deseó lo mejor para los recién casados y les pidió que "congelaran en el hielo sus votos de amor eterno".
"Recordad las promesas que habéis hecho a orillas del río Songhua", señaló Teng, aludiendo a la corriente fluvial que pasa junto a la ciudad, de la que se extrajo el hielo para construir el templo.
El presentador finalizó la ceremonia gritando a pleno pulmón -como se suele hacer en los acontecimientos públicos chinos- el consabido "os declaro marido y mujer", mientras sonaba una romántica melodía pop de moda titulada "Las dos mariposas".
La boda combinó el procedimiento civil típico de los actuales enlaces chinos -la entrega de un frío certificado matrimonial a los novios- con la tradicional costumbre de "las tres reverencias", en la que los casados deben inclinarse respetuosamente tres veces.
"La primera es una ofrenda a los dioses, la segunda a los padres, y la tercera al cónyuge, en esta última ambos se tocan las cabezas mutuamente", explicó a EFE una ilusionada asistente al helado enlace.
Ese ritual, el reparto de caramelos "de doble felicidad" y una orquesta de "gongs" y "suonas" (típica trompetilla que ponía música a las bodas en la antigua China) fueron los únicos elementos tradicionales en el enlace, ya que los chinos tienden cada vez más a imitar las bodas occidentales.
Además, en una China que tiene muy claro lo que es ser nueva economía de mercado, el oficiante de la boda no olvidó citar qué empresas locales eran las patrocinadoras de la ropa, los ramos de flores o qué fabricante de automóviles adornó el congelado templo.
Estos matrimonios multitudinarios sobre hielo se celebran desde hace 20 años en Harbin para dar a los novios chinos una oportunidad de ser originales, pero también para patrocinar la ciudad, que estos días celebra un Festival de la Nieve y el Hielo famoso en el país.
Algunas de las parejas llegaron del otro extremo de China, como la zona semitropical de Cantón, lugar del que proceden muchos de los turistas que estos meses visitan Harbin para ver por primera vez un invierno "de verdad".
El festival, que se prolonga durante toda la estación fría, incluye gigantescos edificios de hielo y grandes estatuas de nieve, baños matinales en las heladas aguas del Songhua y cientos de actividades con las que los ciudadanos de Harbin sacan partido a su duro invierno, que puede tener temperaturas de hasta 40 bajo cero.
En marzo, cuando empiece el deshielo de esta ciudad de la antigua Manchuria, empleados públicos armados con martillos comenzarán a destruir las obras de hielo y nieve para evitar que se vayan cayendo a pedazos.