EFE
MONTERREY, NL.- El pintor catalán-mexicano Jordi Boldó criticó a los integrantes de la escuela muralista mexicana por considerarla demagógica, y porque siempre se dedicó a ?enaltecer al régimen?.
Artistas de la talla de Diego Rivera fueron contratados para decorar con paisajes de la cultura indígena mexicana el Palacio Nacional, la Secretaría de Educación Pública y la Escuela de Agricultura de Chapingo (Estado de México), entre otros edificios.
El movimiento muralista comenzó en la década de los años 20 del siglo pasado cuando el secretario (ministro) de Educación de esa época, José Vasconcelos, ordenó que los muros de los edificios públicos se decoraran con pinturas.
También participaron en el movimiento, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros destacados pintores mexicanos, quienes evocaron momentos diferentes de la Revolución a base grandes pinturas murales.
Las críticas de Boldó (Barcelona, 1949) a la escuela muralista mexicana tuvieron lugar con motivo de la inauguración de la exposición La Realidad de las Cosas o Alicia en el País de las Maravillas, en el Museo de Linares, del norteño estado de Nuevo León.
Como contrapunto, el artista catalán-mexicano hizo una encendida defensa del arte abstracto, corriente a la que se considera adscrito, al señalar que es una ?expresión lírica y romántica que no se limita a copiar la realidad, sino que se esfuerza por crearla?.
Boldó recordó que, mientras tanto, se ha dado mucha relevancia en México a la escuela muralista, a la que calificó de ?demagógica y populista, dedicada a enaltecer al régimen?.
?Uno debe acercarse al arte sin prejuicios,? dijo el pintor.
