LONDRES, (Reuters) - Los británicos criticaron la decisión de la reina Isabel de no asistir a la boda de su hijo, el príncipe Carlos, con su amante de años, Camilla Parker Bowles, ya que envia señales contradictorias a la gente.
El sorpresivo anuncio de la reina, el martes en la noche, de que no asistirá al matrimonio civil en abril, fue considerado en general por los británicos como un error.
"Ella debería ir a la boda de su hijo mayor", dijo Pamela Richards, una galesa de 66 años, quien visitaba el palacio de Buckingham. "Envía una señal muy contradictoria: darle la bienvenida a ella (Camilla) a la familia y no ir a la boda".
"Debería ir", dijo Haley Gaskell, de 18 años, quien visitaba un amigo que vive cerca del palacio real. "No debería permitir que toda la cuestión de la realeza entorpezca la felicidad de Carlos".
Casarse por segunda vez ha demostrado ser complicado para el heredero del trono británico.
Primero se cambió el lugar del casamiento, del Castillo de Windsor a una notaría del ayuntamiento, debido a problemas con la licencia del matrimonio. Ahora incluso los expertos cuestionan la legalidad de la ceremonia civil.
Pero lord Falconer, el jefe del poder judicial, insistió el miércoles en que un matrimonio civil para el futuro monarca era legalmente válido.
"El gobierno está satisfecho con que es legal para el Príncipe de Gales y la señora Parker Bowles, al igual que para cualquiera, casarse en una ceremonia civil", dijo en una declaración escrita.
El Palacio de Buckingham insiste en que la decisión de la monarquía no representa un desaire y que la reina estaba tratando de respetar el deseo de la pareja de tener una ceremonia discreta.
Un portavoz de Carlos, dijo: "El príncipe está contento con los arreglos".
La reina, quien nunca ha mostrado aprobación a la relación de 34 años de Carlos con Camilla Parker-Bowles, asistirá a la ceremonia de bendición de la iglesia después del casamiento, en un histórico castillo al oeste de Londres, y pagará la recepción de la boda.
Pero los expertos en realeza consideran que éste es otro error de la Casa de los Windsor, ya manchada por numerosos escándalos, divorcios y tragedia.
"Es humillante y embarazoso para Carlos", dijo Judy Wade, escritora sobre asuntos de realeza.
"Es un desastre de relaciones públicas que se está convirtiendo en una farsa. Las ceremonias reales siempre funcionan como un reloj. Ahora ni siquiera pueden organizar una boda en un ayuntamiento", le dijo a Reuters.
El experto Harold Brooks-Baker le dijo a Reuters: "Definitivamente es una humillación, un escándalo".
"Esto tiene que parar, de lo contrario arruinarán todo el tejido de la monarquía", declaró a Reuters.
Para los visitantes al Palacio de Buckingham, el mensaje es claro.
"Significa básicamente que ella (Parker Bowles) no es bienvenida", opinó Marcia Thomas, de Estados Unidos.