Londres, (EFE).- El Gobierno británico abrió el debate sobre la posibilidad de permitir a los padres elegir el sexo de sus bebés tras divulgar un documento de consulta sobre la legislación relativa a la fertilidad en el Reino Unido.
El documento, en el que se hace una serie de preguntas a la población y a los profesionales médicos, pretende actualizar la legislación sobre fertilidad, por primera vez en quince años.
Esta materia está actualmente regulada por la Ley de Fertilidad Humana y Embriología (HFEA, siglas en inglés), del año 1990, pero el Gobierno quiere actualizarla a fin de reflejar los últimos desarrollos científicos y las nuevas tecnologías.
La viceministra británica de Sanidad, Carline Flint, presentó en Londres el documento, que será considerado por el público y los expertos antes de decidir cambios en la HFEA.
La población y los profesionales tendrán hasta el próximo 25 de noviembre para presentar sus puntos de vista.
En el texto, el Gobierno pide la opinión de la población sobre la selección del sexo sin que haya una razón médica para ello.
En la actualidad, esa práctica está prohibida y sólo es autorizada cuando el sexo de un bebé está vinculado con un problema médico, como la hemofilia.
Algunos padres no han ocultado su deseo de tener la opción de elegir el sexo del bebé para conseguir un equilibrio entre hombres y mujeres en el seno de la familia.
En los últimos quince años, la HFEA no ha sido actualizada, por lo que se ha quedado en el tiempo en relación a las últimas tecnologías para ayudar a parejas que no pueden concebir.
En el documento de consulta, las autoridades preguntan cuántos niños de un mismo género debe tener una familia antes de solicitar el acceso a la nueva tecnología para elegir el sexo de un bebé, si esta posibilidad llegara a ser aprobada por el Parlamento.
La selección del sexo es sólo una de las muchas cuestiones que plantea el texto, que también considera el bienestar de los pequeños y la polémica sobre los bancos de esperma.
En ese sentido, el Gobierno busca frenar los bancos de esperma por internet, por lo que propone que las empresas por la red se sometan a las mismas inspecciones y normas que las clínicas dedicadas a la fecundación in vitro.
También pregunta a la población qué opina sobre la posibilidad de elegir embriones que no tengan problemas genéticos o la creación de bebés "de diseño" para ayudar a hermanos enfermos.
El documento también pregunta cuál debe ser la labor del organismo regulador independiente de la fertilidad, la Autoridad de Fertilización y Embriología.
Dicha organismo ha supervisado los servicios de fertilidad en las clínicas británicas desde 1991.
Sin embargo, grupos de presión como la "Campaña para la Reproducción Etica" ha cuestionado si la HFEA tiene el poder para tomar decisiones en materia ética.
Flint dijo que la ley HFEA de 1990 es una "legislación histórica" que ha sobrevivido el paso del tiempo.
No obstante, la viceministra reconoció que el Gobierno no descartaba que la ley fuera modificada a la luz de los últimos desarrollos científicos y médicos.