EL PAÍS
RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Para detener la ola de violencia en el estado de Pará que causó el asesinato de la religiosa ecologista Dorothy Stang y para prevenir la explotación ilegal de madera en el Amazonas, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tras una reunión de tres horas con 11 de los ministros de su Gabinete, lanzó una serie de medidas ambientales que según el diario ‘O Globo’ se trata “de la mayor ofensiva realizada hasta hoy contra la ocupación salvaje de la Amazonia”.
Entre las medidas tomadas y firmadas por el presidente figuran el veto de explotación de la madera durante seis meses en tierras del Estado en un total de ocho millones de hectáreas. Lula firmó también cinco decretos convirtiendo en área de protección ambiental 5.2 millones de hectáreas que alcanzan los estados de Pará, Amazonia, Acre y Roraima.
De ese total, 3.4 millones de hectáreas están en la zona de conflicto de Pará. El Gobierno, ha enviado a Anapu a 120 militares equipados con fusiles 762 y ametralladoras giratorias, llegados en helicópteros militares.
La misión militar que se convirtió ayer en atracción y asombro de aquellos campesinos pobres, fue apellidada “Operación Pacajá”, nombre del Municipio donde la madre Dorothy perdió violentamente su vida con cinco tiros en la cabeza. El Gobierno va a mandar también al Parlamento un proyecto de Ley urgente para la gestión sustentable de la selva amazónica.
Con dicho decreto las forestas públicas podrán ser explotadas pero sólo a través de un régimen de concesión del Estado. Se trata de evitar, por un lado, que esos millones de hectáreas de bosque caigan como sucede desde hace decenios en manos de especuladores sin escrúpulos que sólo en los dos últimos años han eliminado 45 mil kilómetros cuadrados de bosque. Y al mismo tiempo evitar el peligro de “sacralizar” la Amazonia convirtiéndola en museo, impidiendo que se lleve a cabo un desarrollo económico sustentable y ecológico, vigilado por el poder público.
