Se refieren las propuestas a aplicar un fuerte código de ética del personal y una supervisión interna más independiente.
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WASHINGTON, EU.- Estados Unidos aterriza en la Cumbre del Milenio con propuestas de último minuto para una ?agresiva? reforma administrativa de Naciones Unidas, y con veladas amenazas del recorte de sus aportaciones en caso que sean rechazadas.
Con el trasfondo del fiasco del programa de Petróleo Por Alimento, la administración Bush apuntaló su campaña para lograr una reforma que permita mayor rendición de cuentas de los funcionarios de la ONU, incluido el secretario general y mayor supervisión externa.
?Estados Unidos es el principal aportador individual de las Naciones Unidas y le debemos a los contribuyentes estadounidenses una explicación de que sus dólares de impuestos están bien usados?, advirtió está semana la secretaria de Estado Condoleezza Rice.
Las reformas de administración y del secretariado ?se deben adoptar a la luz del programa de Petróleo Por Alimento?, sostuvo Rice, quien aseguró no obstante que Washington aún confía en que el secretario general Kofi Annan.
?Continuaremos trabajando con el secretario general y confiamos que apoyará el tipo de reformas que son necesarias?, remató. ?Continuaremos buscando consenso de una agenda agresiva de reformas para hacer a las Naciones Unidas más efectivas?.
Las propuestas estadounidenses de reforma administrativa y presupuestal tienen cuatro pilares: un fuerte código de ética del personal de la ONU; una supervisión interna más independiente y la adición de una junta externa que recomiende niveles presupuestales.
En tercer lugar Washington reafirmará la autoridad del secretario general para abrogar la inmunidad a fin de que funcionarios de la ONU puedan ser investigados y rindan cuentas; y la revisión periódica del mandato de la Asamblea General en términos de relevancia y efectividad.
La postura estadounidense es expresión de un debate más amplio que ha enfrentado a países en desarrollo que desean depositar más poder en el secretario general y países ricos que buscan sustraer parcelas del poder del líder de la ONU y depositarlos en la Asamblea General.
A unos días del inicio de la cumbre el 14 de septiembre, los diferendos son vistos por expertos como un potencial obstáculo mayor para alcanzar acuerdos en lo que apenas hace unos meses aparecía como la mejor oportunidad de reforma de la ONU desde su fundación.
Apenas a finales de agosto, el representante estadounidense, John Bolton, uno de los principales críticos de la ONU, propuso más de 400 reformas, aún a pesar que la propuesta original ya ha sido objeto de consultas y avances en los meses previos.
A la presión del ejecutivo estadounidense se han sumado un puñado de miembros influyentes del Congreso, que visitaron la ONU esta semana para reforzar la campaña. Se reunieron con Annan y con los representantes de México, Reino Unido y Japón, entre otros.