Tiflis, (EFE).- Yumber Lezhava, el "hombre-bicicleta" georgiano que dio la vuelta al mundo a golpe de pedal, se propone conquistar el Polo Sur junto a un compañero ucraniano y en una "bici todoterreno anfibia" capaz de navegar y deslizarse por la nieve.
Lezhava, de 66 años, explicó a EFE que viajará con su amigo ucraniano Leonid Mikula, otro aventurero empedernido de 63 años que tiene a su vez de fama de "hombre-zancos" por los recorridos que ha hecho por el mundo caminando en esos palos atados a los pies.
Los amigos, que pese a su edad están llenos de optimismo y fuerza, calculan que el singular viaje de 1,825 kilómetros desde la estación polar de Hally hasta la costa noroeste de la Antártida les llevará entre 50 y 60 días.
El ingeniero georgiano alcanzó la fama en este país del Cáucaso y en los círculos aventureros por su viaje en bicicleta, en la que dio la vuelta al mundo entre 1993 y 2002.
En tres mil 333 días Lezhava recorrió 232 países y 600,000 kilómetros, de ellos 264 mil pedaleando en alguna de las nueve bicicletas que empleó en los cinco continentes.
La vida de Lezhava dio un dramático giro a los 46 años, cuando le diagnosticaron gangrena en el intestino delgado y los médicos le avisaron de que tenía los días contados.
Pero el hombre no se rindió y puso todo su empeño en curarse mediante las flexiones o "fondos", hasta que al cabo de medio año sus dolores empezaron a remitir para asombro de los doctores.
Con una voluntad de acero, Lezhava adquirió tal fortaleza en los brazos que podía hacer hasta cinco mil 011 flexiones a la hora, 43 mil 955 en doce horas y cuatro millones 800 mil anuales, lo que le valió once menciones en el libro Guinness de los récords.
Un amigo le aconsejó entrenar también las piernas practicando la bici, y así empezó a viajar, llegó dar la vuelta al mundo pedaleando y el año pasado hizo otro viaje en su medio de transporte predilecto, desde Tiflis hasta Atenas, en plenas celebraciones de los Juegos Olímpicos 2004.
Durante su periplo mundial Lezhava pisó dos veces el suelo de la Antártida y entonces se prometió que un día llegaría al Polo Sur.
"Para llegar al Polo se necesita una bici especial y entonces mi amigo ucraniano, un aventurero como yo de la ciudad de Donetsk con el que practicamos 'rafting' y alpinismo, me propuso construirla y realizar el viaje juntos", relató el georgiano.
Mikula también tiene menciones en el libro Guinness, pues hace veinte años viajó del punto más meridional al más septentrional de la URSS, 5,800 kilómetros desde Kushka hasta el cabo Cheliuskin.
Primero atravesó 4,600 kilómetros en bicicleta, y el resto navegó en una máquina de construcción propia, una mezcla de bicicleta y catamarán.
Hace cinco años, Mikula recorrió 2,200 kilómetros en zancos a través de Hungría, Alemania y Francia hasta llegar al meridiano de Greenwich en Gran Bretaña, y en 2001 realizó un periplo combinado en bicicleta y zancos por Italia y Francia.
La maravilla que construye el ucraniano para conquistar el Polo Sur recibió el nombre de "Pingüino", en homenaje a esos entrañables habitantes de la Antártida, y tendrá una altura de 140 centímetros cuando está sobre ruedas, 2.5 metros de largo y cien kilos de peso.
El casco estará hecho de un material plástico especial resistente y tendrá una cabina para protegerse del frío, dormir y cocinar.
"Y nada de motores, ¡a pedalear!", exclama Lezhava, quien explica que esa fuerza de tracción mecánica hará al singular todoterreno desplazarse como una bici en ruedas, navegar como un catamarán, patinar sobre el hielo, deslizarse sobre esquíes y hasta "caminar" por la nieve profunda sobre unas raquetas especiales.
"Le quitas las ruedas y se convierte en un trineo", explicó el explorador, quien añadió que en el mar el anfibio se convierte en velero, pues su antena se transforma en mástil y se ajusta una vela.
Antes del viaje, los aventureros pondrán a prueba el "Pingüino" y a sí mismos en Groenlandia, pues en el Polo Sur les esperan unas temperaturas de entre 50 y 80 grados bajo cero.
Pero para repetir a su manera la hazaña del noruego Roalf Amundsen, el primer hombre que llegó al Polo Sur en 1911, los viajeros aún deben recaudar 100 mil dólares, y Lezhava solicitó una audiencia al presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, para pedirle fondos.
"Tras nuestras 'revoluciones', Georgia y Ucrania somos aliados, y nosotros podríamos colocar ambas banderas en el Polo Sur en homenaje a la amistad de nuestros países", dijo Lezhava.