Expertos examinan los métodos cinéticos para evitar desviar la trayectoria del asteroide que amenazará a la Tierra en 2020.
Londres, (EFE).- Un equipo de científicos británicos estudiará la posibilidad real de modificar la trayectoria de un asteroide para evitar su eventual colisión con la Tierra.
Los expertos se valdrán de simulaciones obtenidas con ayuda de ordenadores en un programa de tres años del Consejo de Investigaciones Físicas y de Ingeniería del Reino Unido, financiado con 450 mil euros.
El riesgo de un impacto de ese tipo parece pequeño, pero las consecuencias que tendría la colisión, de llegar a producirse, serían enormes, lo que justifica el estudio, según Colin McInnes, de la Universidad de Strathclyde.
Los expertos examinarán toda una serie de métodos propuestos hasta ahora por los científicos, que van desde espejos gigantes que flotan en el espacio y podrían convertir en vapor partes de un asteroide hasta el lanzamiento de un misil contra el cuerpo celeste.
Métodos
Según Gianmarco Radice, citado por el diario "The Guardian", los métodos cinéticos están destinados a "provocar un cambio instantáneo" y consisten, por ejemplo, en el lanzamiento de una cabeza nuclear u otro ingenio explosivo contra el asteroide.
Otros métodos son menos violentos como el consistente en pintar la superficie del asteroide con pintura que reflecta o se absorbe de tal forma que se modifican las propiedades de la superficie del cuerpo celeste al atraer más o menos luz: se recalienta o enfría.
Con independencia del método que se emplee, la trayectoria del asteroide sólo se modificaría mínimamente, pero bastaría: "Es posible con sólo pequeños ajustes en sus órbitas actuales provocar grandes cambios en el futuro", afirma McInness.
El recurso a un método u otro dependería del tipo de asteroide cuya trayectoria se trata de modificar.
Algunos asteroides consisten en un amasijo de hielo y rocas, con lo que no tendría sentido disparar contra ellos un misil ya que la energía del impacto se vería absorbida inmediatamente.
En este caso, podría funcionar un método consistente en fundir parte de su superficie mediante la concentración en ella de la luz solar.
Una gran vela o un espejo solar podría reflejar la luz del astro rey sobre la superficie del asteroide y fundirlo en parte: los chorros de gas generados crearían un impulso constante que desviaría al asteroide a una nueva órbita.
En el caso de asteroides más sólidos, como son los tradicionales, se presentan diversas opciones: una posibilidad, según Radice, sería colocar en su superficie algún ingenio propulsor, que podría tener su propio generador de energía solar.
También podría lanzarse una nave espacial contra el asteroide, no para expulsarlo directamente de su órbita sino para hacer un agujero en la roca, que llevaría a ese cuerpo en otra dirección.
Don Quijote y Sancho
Mientras tanto, la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció esta semana haber seleccionado ya dos asteroides para su misión de desviación de trayectoria bautizada con el nombre de Don Quijote.
Esa misión consistirá en dos naves, Hidalgo y Sancho; la primera se estrellará contra un asteroide llamado Apophis, que alcanzará en 2020 su punto de mayor aproximación a la Tierra: 32 mil kilómetros.
La segunda nave, a la que se ha dado el nombre de Sancho, el escudero del héroe cervantino, observará la colisión y documentará el posible cambio de trayectoria del cuerpo celeste.