Israel se compromete a cesar la persecución de militantes palestinos buscados, a interrumpir su política de "asesinatos selectivos" y a reducir sus redadas.
Jerusalén, (Notimex).- El presidente palestino Mahmoud Abbas y el primer ministro israelí Ariel Sharon buscarán este martes en Sharm al-Sheikh revivir el espíritu de paz lanzado en junio de 2003 en Akaba, Jordania, pero sin el obstáculo de Yasser Arafat.
La cumbre en el balneario egipcio de Sharm al-Sheikh buscará una declaración de alto el fuego mutuo que destrabe el diálogo de paz, interrumpido tras la cumbre en Akaba, a orillas del Mar Rojo, en la que Mahmoud Abbas (Abu Mazen) representó a Arafat.
En esta ocasión, y como presidente palestino tras la muerte de Arafat en noviembre pasado, Abu Mazen llegará a la cita de Sharm al Sheik con algunas concesiones a fin de crear la situación propicia para negociar con Israel.
La reunión entre Abu Mazen y Sharon se llevará a cabo bajo la mediación de Egipto, cuyo presidente Hosni Mubarak, mediador en el conflicto palestino-israelí, consiguió que ambas partes hagan concesiones a favor de la paz.
Abu Mazen acudirá a la cita con una declaración tácita de alto el fuego por parte de los grupos extremistas y con el apoyo político a esa política pacificadora por parte de su movimiento Al-Fatah.
"Tomando en cuenta los intereses supremos del pueblo palestino, Al-Fatah prohíbe atacar blancos civiles israelíes y reitera su compromiso con un alto el fuego mutuo en Cisjordania y Gaza", señaló un comunicado difundido este domingo.
Por su parte, Israel se comprometerá, según la televisión israelí, a cesar la persecución de militantes palestinos buscados, a interrumpir su política de "asesinatos selectivos" de cabecillas de la Intifada y a reducir sus redadas de rutina en Cisjordania y Gaza.
Además, liberará a unos 900 palestinos presos en cárceles israelíes, en un proceso de dos etapas que iniciarán tras la cumbre y concluirá dentro de tres meses, "siempre y cuando se mantenga el alto el fuego", dijo el ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz.
Asimismo, Israel comenzará en los próximos días el repliegue de sus fuerzas de cinco ciudades de Cisjordania, primero de Jericó y después, de manera progresiva, de Tulkarem, Kalkilia, Belén y Ramallah.
Todos estos compromisos forman parte de un acuerdo logrado la semana pasada por el asesor de Abu Mazen, Mohamed Dahlán, y el consejero de Sharon, Dov Weissglass, en el que la partes sientan las bases para que la cumbre no sucumba al fracaso.
El objetivo es repetir una situación similar a la que siguió a la Cumbre de Akaba en la que Sharon y Abu Mazen lanzaron el "Mapa de Ruta", el casi abandonado plan de paz del Cuarteto de Madrid, que forman Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas.
Más allá de la ubicación geográfica, la diferencia entre las cumbres de Akaba, en Jordania, y de Sharm al Sheikh, Egipto, es la ausencia del fallecido líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Según analistas, la ausencia de Arafat podría ser clave en la cumbre debido a que esta vez Abu Mazen no dará explicaciones sobre su política pacificadora, como ocurrió después de Akaba con Arafat, quien se encontraba confinado por Israel en la "Mukata" de Ramallah De acuerdo con los expertos, las divergencias surgidas entre Abu Mazen y Arafat tras la cumbre de Akaba, a la que el ahora presidente palestino asistió en calidad de primer ministro, fueron el principal obstáculo para lograr un acuerdo de paz con Israel.
En esa ocasión, Abu Mazen calificó de "terroristas" a los militantes de las facciones armadas y declaró el alzamiento armado que Arafat había apoyado como un "error estratégico" para los intereses del pueblo palestino.
El distanciamiento con Arafat, un atentado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) en Jerusalén, la contraofensiva militar israelí y la negativa de Sharon a excarcelar a palestinos llevaron a Abu Mazen a dimitir, llevando al fracaso lo logrado en Akaba.
Según analistas, Israel parece haber aprendido la lección y esta vez mostró su disposición a liberar a cientos de presos palestinos con motivo de la cumbre y a crear una comisión mixta que estudiará la identidad de los candidatos a ser liberados.
Israel sostiene que en ningún caso liberará presos con las "manos ensangrentadas", es decir, que hayan asesinado a israelíes, aunque no se descarta un gesto simbólico en los casos puntuales de presos de avanzada edad o con más de 20 años en prisión.
Sin Arafat en escena, Israel cuenta con mayor margen de maniobra para hacer concesiones a Abu Mazen, un líder palestino cuya voluntad de paz ha sido incluso reconocida por Sharon. Ahora sólo resta ver si tiene también la capacidad de sacar adelante el proceso de paz, misión en la que los actos de Israel serán determinantes.