Veracruz (México), (EFE).- Más de 20 mil piezas de arte antiguo que permanecen en las bodegas del Museo de Antropología de la Universidad Veracruz ayudarán a reconstruir el rompecabezas de las culturas prehispánicas del este de México.
Como restaurador de piezas arqueológicas, Juan Pérez Morales, de 34 años, revisa en el Museo de Antropología de la Universidad Veracruz objetos que fueron fabricados miles de años antes por las culturas que se asentaron en la zona este del país, en el Golfo de México.
Sus herramientas van desde las espátulas que utilizan los artistas plásticos hasta pinzas, bisturí y jeringas de las que usan los cirujanos.
El museo guarda el acervo más importante de obras prehispánicas producidas por los pueblos que habitaron el actual estado de Veracruz, aunque en sus bodegas se almacenan piezas de civilizaciones que vivieron en todo el Golfo de México y el centro del país.
"Aquí nos encargamos de revisar el estado de las piezas, hay muchas piezas que ofrecen problemas de vejez en cuanto a adhesivos por la constante humedad", dice Pérez Morales, el único restaurador fijo del museo.
En bodegas de este centro hay cerca de 20.000 piezas prehispánicas de las culturas olmeca, totonaca, huasteca, zapoteca, maya y teotihuacana.
En un amplio salón hay vestigios del periodo Preclásico Temprano, es decir 1300 años antes de Cristo, pasando por el Clásico que abarca entre 150 y 950 años después de Cristo, hasta llegar al florecimiento del Posclásico (entre el 1250 al 1521 después de Cristo).
Hay vasijas de barro, huesos humanos y piezas completas, relata la directora del Museo de Antropología, Sara Ladrón de Guevara, quien describe que el museo custodia cerca de tres mil años de arte e historia.
Sólo tres mil piezas están en exhibición y las "que están en bodega nos sirven para rotar nuestras exposiciones para cuando hacemos cambio de museografías en la sala y cuando es necesario restaurar piezas", añadió.
Explicó que muchas de las piezas "embodegadas" también sirven para préstamos en exhibiciones, así como para que antropólogos realicen estudios sobre el pasado.
Las 1.600 cajas con las 20 mil piezas existentes en las bodegas de este museo no han sido puestas en exhibición porque se desconoce cuántas y cuáles de ellas, en principio, son auténticas, así como a qué período pertenecen.
Las fuentes de donde han llegado las piezas han sido muy diversas, desde excavaciones controladas, hasta decomiso de autoridades federales, donación de particulares y de colecciones privadas
Aunque eso sí hay que reconocer que están en mejores condiciones que en 1998, año en que se detectaron grandes cantidades de parásitos en las bodegas.
"Es una emoción que no se puede describir tan fácilmente, tener tantos años de historia en las manos es muy motivante", dice Juan Pérez Morales, quien reconoce sentir "pánico" cada vez que cree que una pieza se le desmoronará en las manos.
Su tarea es revisar que aquellas piezas que se exhiben al público no sufran deterioro o que el pegamento que se utilizó para reconstruirlas no se debilite y provoque un colapso.
Por sus manos han pasado decenas de vestigios, pero el de mayor antigüedad que ha restaurado era uno del año 200 después de Cristo.
"Cuando nosotros armamos una pieza y la vemos completa es un momento bastante emotivo, ver una pieza acabada y en exhibición es satisfactorio", concluye.