emesas| Muchos son los que viajan en busca del ?sueño americano?
EL SIGLO DE TORREÓN
Desconocen el paradero exacto de sus familiares pero la ayuda económica siempre llega
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- A lo lejos parece una manifestación. Cerca de 400 personas, en su mayoría mujeres, se amontonan afuera de las oficinas donde se entrega el dinero que envían sus familiares de Estados Unidos.
Las historias son muy similares. Por la falta de empleo, los esposos abandonaron el municipio y viajaron a alguna ciudad fronteriza como Acuña o Piedras Negras, de donde se trasladaron al país vecino en busca del ?sueño americano?.
Muchos les perdieron de vista desde entonces. María Isabel es una de estas madres de familia. Acude a formarse acompañada de su hijo más pequeño, Esteban, que tiene tres años, el tiempo que el señor de la casa lleva en Piedras Negras. La familia no sabe con certeza dónde trabaja o qué hace, pero cada fin de mes reciben puntualmente su cheque por cuatro mil pesos.
Los vendedores ambulantes ya conocen el procedimiento. Llegan desde temprano, a las nueve de la mañana ya está repleto de señoras que acuden en busca del ansiado apoyo. Los churros, paletas, refrescos, nieve, gorditas, algunos hasta ofrecen artículos ?piratas? como gorras, casetes de audio, video y ropa.
Dos agentes en una patrulla de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) vigilan afuera del lugar.
Lizeth Hernández es otra de las señoras que acuden por el efectivo. Tiene dos niños de cinco y siete años. Su esposo les visita en julio y diciembre. Cuenta emocionada que nunca se han perdido de una Navidad en familia.
Reflexiona un momento y confiesa que le duele que se pierda los cumpleaños de los pequeños y el aniversario de su boda, que fue en febrero hace ocho años. Considera que el problema del desempleo es muy grave en todos los municipios de Coahuila, pero a su parecer, se ha agudizado en Francisco I. Madero.
?Es muy notorio cuando nos encontramos aquí todas las señoras, los niños que andan sin su papá porque se tuvo que ir al otro lado a trabajar para que puedan vivir decentemente aquí?, explica.
Para Margarita Fernández, la emigración de su marido y su hijo de 16 años a Estados Unidos, significa ?la mera necesidad?. La mujer se quedó con su hija de 15 años, pero está resignada a que ella también se irá en cuanto cumpla los 18, ?cuando ya no pueda decirle que no.
?Si no ven nada aquí, se van a ir, es lógico?, manifiesta la señora, ?la ciudad no les ofrece nada, al contrario, no hay espacio, no queda de otra, o se van al otro lado o se van a Torreón, pero allá de paso pueden aprender inglés?.
