Fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una manifestación ayer en el pueblo Andizhan, miles exigen la renuncia del presidente Islam Karimov.
ANDIZHAN, Uzbekistán, (Reuters) .- Alrededor de 500 personas podrían haber muerto el viernes cuando tropas de Uzbekistán dispararon contra miles de manifestantes y se enfrentaron a rebeldes en el pueblo de Andizhan, dijo el sábado un activista de derechos humanos.
"Las cifra total de muertos podría llegar a 500 personas de ambos lados", dijo a Reuters por teléfono Saidzhajon Zainatbitdinov, activista del grupo de derechos humanos Appeal.
El activista agregó que basaba sus estimaciones en conversaciones que tuvo con testigos y en sus propias observaciones.
Con anterioridad, el presidente Islam Karimov anunció que 10 policías y efectivos militares habían muerto, así como muchos rebeldes, pero no dio cifras exactas sobre las bajas civiles.
Cientos de personas se reunieron nuevamente el sábado en la plaza donde el viernes tropas militares abrieron fuego contra una multitud de alrededor de 3.000 individuos en la ciudad, ubicada al este de la capital, Tashkent, en el valle de Ferghana, catalogada por el gobierno autoritario del país como un semillero de terroristas musulmanes.
Los manifestantes, muchos de ellos pidiendo la renuncia del presidente Islam Karimov (desde hace 15 años en el poder), se habían reunido luego de que rebeldes liberaran a algunos de sus hombres de una prisión local, incluidos 23 empresarios acusados de extremismo religioso.
Alexei Volosevich, periodista del opositor sitio de Internet, ferghana.ru, dijo en una comunicación telefónica desde la plaza de la ciudad, donde los rebeldes habían tomado un edificio estatal, que podía ver docenas de cadáveres.
"Estoy parado junto al cine y puedo ver a 30 muertos y heridos -expresó a Reuters- Hay rastros de sangre y pedazos de masa encefálica por todo el asfalto".
El cronistas agregó que entre 1.000 y 2.000 personas se habían reunido en la plaza. Un médico, que pidió no divulgar su nombre, habló de muchas víctimas.
"Tenemos 96 heridos y muchos, muchos muertos", dijo.
Karimov se aprestaba a dar una conferencia de prensa en Tashkent a las 0600 GMT. Una fuente del gobierno dijo el viernes que el edificio en Andizhan había sido recuperado, pero el área estaba sellada y se escuchaban esporádicamente disparos de rifles y ametralladoras.
No había cifras oficiales de víctimas. Algunas cifras oficiales del viernes indicaban que había 9 muertos tras el asalto a una estación policial y barracas militares, antes de atacar la prisión.
Uzbekistán, una nación de Asia Central que limita con Afganistán, ofreció a los Estados Unidos el uso de una base militar aérea tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, y se ha convertido en un aliado de Washington en la guerra contra el terrorismo.
AUTORITARISMO UZBECO Pero Occidente ha criticado en repetidas ocasiones a Karimov, en el poder desde 1989 cuando Uzbekistán aún era una república soviética, por sus abusos contra los derechos humanos.
Los grupos defensores de derechos humanos dicen que hay al menos 6.000 presos por motivos políticos y religiosos en Uzbekistán, donde sólo el islamismo -apoyado por el estado- es aceptado, y sostienen que la tortura es una práctica común.
Las protestas pacíficas se iniciaron en Andizhan a comienzos de semana para pedir la libertad de 23 hombres de negocios musulmanes, encarcelados por supuestamente pertenecer a una secta poco conocida, Akromiya, que algunos sostiene es una invención de los servicios de inteligencia.
En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan exhortó al gobierno uzbeco y a los manifestantes a mantener la moderación. Por otro lado, en un inusualmente categórico comunicado, la Unión Europea culpó a las políticas del gobierno de Karimov pro provocar la violenta protesta.
Rusia, cabeza del régimen al que pertenecía Uzbekistán y alarmada por una reciente serie de revoluciones que han reemplazado a gobiernos en ex repúblicas soviéticas, dijo que apoyaba totalmente a Karimov.
La violencia en Uzbekistán sucede a los disturbios en la vecina Kirguistán, donde las violentas protestas iniciadas del otro lado de la frontera de Andizhan llevaron a la destitución del presidente Askar Akayev, quien se refugió en Moscú.
En los últimos 18 meses, ha habido también "revoluciones pacíficas" en Ucrania y Georgia, tras lo cual asumieron el poder gobiernos pro-occidentales. Algunos analistas dicen que que los hombres fuertes de Asia Central han reaccionado tomando medidas más drásticas para sofocar el disenso político.