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Campaña prepotente

Luis F. Salazar Woolfolk

La aceptación de la renuncia de Raúl Sifuentes Guerrero como secretario general de Gobierno, por parte del gobernador Enrique Martínez y Martínez, abre la campaña del hoy ex funcionario por la candidatura del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura de Coahuila.

El evento realizado anteayer según El Siglo de Torreón, frente a “cientos de funcionarios” en el Palacio de Gobierno, revela un espaldarazo inequívoco del aún primer mandatario estatal a la precandidatura del “amigo de años y eficiente colaborador…”, por más que se pretenda que existen diferencias y hasta ruptura entre ambos personajes.

Sifuentes Guerrero anuncia la propuesta de tres proyectos de Ley al través del sistema de Iniciativa Ciudadana, figura contemplada en la Ley Estatal de Participación Ciudadana, con el apoyo de la denominada Decisión Coahuilense, A.C., asociación civil posicionada mediante publicidad explícita desde hace varias semanas y de la cual aparece como presidente, por supuesto, el ex secretario de Gobierno.

Como tales iniciativas de Ley, se mencionan una en materia de transparencia, otra de protección a la intimidad de las personas y otra más de lucha contra la discriminación, lo que implica puros fuegos de artificio que en términos del rezago que existe en nuestro Estado en materia legislativa, suenan a burla y escarnio.

De acuerdo al procedimiento contemplado por la Ley mencionada, la iniciativa procede con el respaldo de las firmas comprobables del cero punto cinco por ciento de los electores del padrón nominal del Estado en las últimas elecciones, que en el caso de la campaña que nos ocupa se anuncia serán llevadas a un número de cien mil. Es previsible al acarreo y la manipulación que supone el apoyo de las iniciativas legales propuestas, mediante la participación ciega de una ciudadanía ajena a la técnica legislativa y a la posibilidad de discutir a fondo el contenido de las mismas.

La “cruzada ciudadana” por obtener tales firmas en impulso de las iniciativas de Ley mencionadas, ofrece la oportunidad de proselitismo y posicionamiento encubiertos y oculta una enorme simulación para violar los tiempos de campaña establecidos por la legislación electoral de Coahuila.

La simulación es doble porque el pretendido origen ciudadano de las iniciativas, no deriva en manera alguna de la sociedad civil, sino de la estrategia electoral de un precandidato que hasta hace dos días se desempeñó durante cinco años y medio como el funcionario de primer nivel encargado de la política interior del Gobierno enriquista, lo que vaticina que los próximos comicios para renovar autoridades locales serán una descarada elección de Estado y punto que se acabó.

La supuesta ruptura entre el gobernador y su ex secretario de Gobierno, no es sino una simulación más que busca legitimar la emergencia de Sifuentes en un movimiento ciudadano, para establecer un parecido con el proceso pasado en el que Enrique Martínez se enfrentó al grupo del gobernador Rogelio Montemayor.

La precandidatura raulista proviene del círculo íntimo del gobernador Martínez y Martínez y está soportada en recursos humanos y materiales del Gobierno en turno. Para ello basta pasar lista de presentes a los seguidores del Raúl, con la nómina estatal en la mano.

Es cierto que frente a esta prepotente y agresiva actuación y el engaño que entraña, se corre el riesgo de una desbandada en las filas del Tricolor entre los demás precandidatos que conscientes de que Raúl Sifuentes recibió el mando de la estructura del PRI del propio gobernador, hasta la semana pasada pedían con tierna ingenuidad que se fijaran “reglas claras” en el proceso interno de ese partido. Para ellos, no faltará la mano amable que ofrezca premios de consolación.

Falta saber si el circo que es objeto de comentario, será llevado a más y una vez que se reúnan las firmas y se presenten ante el Congreso del Estado, la mayoría priista accediendo a los deseos de la insurgencia ciudadana encabezada por Sifuentes, convierta en Ley las iniciativas de referencia, que por cierto ya fueron objeto de cabildeo entre los diputados y filtrados a los medios de comunicación, como proyectos esbozados por el Poder Ejecutivo al través de la Secretaría de Gobierno, en tiempos en que era titular el hoy precandidato. Burla sobre burla.

En vísperas del proceso electoral que determinará nuestro destino los próximos seis años, en Coahuila estamos frente a la reproducción corregida y aumentada de los vicios autoritarios y antidemocráticos del viejo régimen. Está por verse si la generalidad de los cuadros y bases priistas se hacen cómplices de esta burda maniobra, si la oposición se deja y si la ciudadanía la permite.

Correo electrónico:

salazarw@infosel.net.mx

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