Vicente Fox ya no se acuerda de nada. Recientemente fue devorado por los caricaturistas por advertir a los mexicanos que no le crean a los que prometen porque luego no cumplen. En este desorden de ideas, tampoco se debe acordar del que llamó su Gabinetazo, formado como si un país fuera una compañía por el head hunter, Magnon, al que después hizo mayordomo de su cabañita de Los Pinos y se quemaron ambos con las toallas de 14 mil pesos pieza. Sus “fantásticos” secretarios del Despacho fueron cayendo uno tras otro como frutas fofas y podridas antes de madurar, pero no sin antes dañar al país en la más plena impunidad.
Dentro del mejor estilo priista Fox cayó en un quita y pon irrazonado. Creyó que sus cuates lo mismo servían para un barrido que para un fregado. Uno de los peores, desaparecido tras su fracaso como precandidato del PAN a la gubernatura de Guanajuato, fue Usabiaga, entre mucho más, culpable de haber cancelado en 80 mil kilómetros cuadrados la pesca en la Sonda de Campeche.
¿Quién inventó Sgarpa? ¿por qué mezclar la pesca con la agricultura? Para tapar las colosales trapacerías de Pemex.
Por cierto, Marilú Micher, ex presidenta de la comisión de diputados encargada de investigar a los hijos de Marta Sahagún, comisión recién cancelada por el autoritarismo panista y la “patriótica” abstención del PRI, le comunico lo escuchado in situ de boca de conocedores de la materia en Ciudad del Carmen, el pasado 12 de diciembre: son cinco los barcos de los Bribiesca, uno descrito como “un barco japonés nuevo de muchos millones de dólares”, que están dentro del consorcio Oceanografía S.A. El 12 y 13 de diciembre (y quizá siga) había mucha gente a la entrada de las oficinas de esa compañía en el puerto.¡Una tienda de raya 2005! Muchos hombres hacían una dolorosa “cola” en espera de que les pagaran sus catorcenas ganadas en las plataformas petroleras, de que les dieran un aguinaldo de Ley y quizá una ansiada recontratación. Eran decenas de empleados mexicanos, por supuesto, a los que explota inicuamente Pemex.
Las Leyes mexicanas no cuentan para la ex paraestatal ya privatizada de la peor manera ni para sus compañías surtidoras extranjeras o mixtas. Pero todo esto merece varios capítulos aparte.
Hay que ir poco a poco en la indignación que produce el final de este lamentable Gobierno y sobre todo cuando se ve que hasta lo último, el presidente mantiene o fomenta errores que nunca ha sido capaz de aceptar y menos de enmendar.
Entre mucho de lo que echó a perder Fox se cuenta la política exterior, fruto de su vergonzoso vasallaje hacia Bush. Él y sus chivos en cristalería destrozaron en un dos por tres la buena y digna reputación de este país en el exterior, fuera cual fuera el PRI aquí dentro. Hoy México es un país bananero más, por culpa del desgarriate que armó Jorge Castañeda, Mister “Toda la Enchilada”, también conocido por la frase más diplomática de la historia : “comes y te vas”, sugerida al presidente (?) por su primer canciller para evitar a su amigo Bush la molestia de encontrarse con Fidel Castro.
Sale JC y entra a la SRE Derbez que se muestra hasta en sus declaraciones más como una vieja chismosa y mete patas que como un canciller reparado de los errores de su predecesor, cuya misión era llevar la cabeza de Castro a Miami cual una Salomé cualquiera, para que lo apoyaran allá en su futura candidatura a la Presidencia de México.
Cuando entró Derbez, todo el mundo quería suceder a Chente, empezando por su culta esposa Marta, apasionada lectora de la barbada escritora india “Rabina Dranath Tagore”, se dijo que Derbez podía aspirar a Los Pinoles. Pero pronto la pragmática veleta cambió de opinión e hizo cuanta ridiculez le inspiró su ego para ser secretario de la OEA. No pudo.
El puesto lo ganó José Miguel Insulza (casado con mexicana). Entonces Derbez inventó instalar, a fuerza de dinero del erario, en posiciones internacionales a sus incondicionales, entre ellos dos inculpados en sendas averiguaciones ante la PGR : Alejandro García Moreno, propuesto al Senado como embajador de México ante la OEA, (averiguación 3615/DDF/ 2004) y en la presidencia de la OCDE, el Club de los países ricos, a Ángel Gurría (averiguación 356/2003, radicada también en la PGR).
Estos individuos, están acusados de ser cómplices de Muñoz Rocha, organizador del asesinato de Ruiz Massieu, por haber ayudado a ocultarlo en Texas desde 1994. Están además sujetos a un proceso de responsabilidades administrativas en la Contraloría.
¿Saben en París la clase de pájaro que les envían Bush, Fox y Derbez, ni siquiera avalado por el Senado de México? Ernesto Derbez amarró un lugar en el gabinetazo por “lavar”, por canalizar dinero de una empresa fantasma belga llamada “Dehydratation Tecnologies” en 1999 a “Los Amigos de Fox”.
El presidente le dio primero la titularidad en la Secretaría de Economía y luego lo pasó a Relaciones para ahondar el pleito con Cuba. Ahí hizo el ridículo despidiendo al embajador Jorge Bolaños para luego recibirlo tres meses después.
Derbez quita y pone a su hormonal capricho. Ha despedido a gente honorable del Servicio Exterior como Ismael Orozco, Antonio León Zárate, Luis García y Erdmann, entre otros. A la OCDE, Fox había enviado de embajador a un empleado suyo, la “Excelencia Dormimundo” que llegó a París y compró colchones escandalosamente caros.
Ese oscuro empleado de los Fox ha regresado a León a trabajar con el hermano presidencial. Y hoy Fox y Derbez se sienten muy orgullosos de haber logrado enviar a presidir el superclub a un “indiciado”, José Ángel Gurría, también lacayo de Bush.
¿Se durmieron los europeos? ¿lo van a aceptar en julio próximo? La inicua conducción del pleito Fox vs. Kirchner y Chávez, es desde la óptica diplomática el mayor de los errores de Derbez. La prueba: Bush le paga a su lacayo Fox la defensa del ALCA con Tres Muros antimigrantes en la frontera de la muerte. Mientras, el Mercosur va y México podría como Venezuela ir con él también ¡Ya! Pero el neoliberalismo manda sobre el nacionalismo, sobre el patriotismo y hasta sobre la más elemental dignidad personal y pública.
¿Qué enfermedad es ésa? Debería preguntar Derbez a su íntimo médico de cabecera, Humberto Balllesteros.
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