Ya sólo quedan algunos trámites; el escenario político-electoral de cara a la sucesión presidencial cuenta ya con prácticamente todos los ingredientes. Después de la patética y pública exhibida de la calidad de los contendientes, así como los usos y costumbres en el PRI -que derivó en la declinación del cuestionado ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, cuya fortuna personal y la de su familia sigue afianzada en el rubro de lo inexplicable- quedan sólo problemas menores para mantener en la forma un proceso interno que en el fondo, ya se agotó. Madrazo marcha en el tren de la estructura tricolor.
Por el PRD, el hijo de Cuauhtémoc Cárdenas, Lázaro (el gobernador de Michoacán) fue quien se encargó de despejar las dudas y ese mínimo de incertidumbre que quedaba, al afirmar que Andrés Manuel López Obrador es el único candidato del Sol Azteca. El propio tabasqueño señala que “ahora sí vamos todos juntos para lograr la transformación del país”; confía en que habrá unidad en su partido e incluso anticipa que el ingeniero y líder moral del perredismo, se podría sumar a la campaña. Todo miel sobre hojuelas para AMLO.
Sólo queda una incógnita que podría despejarse el día de hoy, y es que si Santiago Creel estaría dispuesto a reconocer finalmente que las simpatías del panismo nacional simplemente no están con él. Felipe Calderón Hinojosa, según todas las encuestas y sondeos de opinión entre la militancia blanquiazul, dará hoy el tercer y definitivo golpe para conquistar la candidatura de su partido a la Presidencia de la República. El michoacano llamó a Santiago Creel Miranda y a Alberto Cárdenas Jiménez a unirse a él para enfrentar a los verdaderos adversarios que “se encuentran en el PRI y en el PRD” y aseguró que “porque a México le conviene que gane el PAN, ya llegó la hora de terminar este proceso interno, de unir al partido y salir con todo a la elección constitucional”. Sólo falta que los aludidos lo escuchen.
Si el día de hoy las cosas resultan tal y como se anticipan, la boleta electoral del próximo año ya estará definida con los tres nombres con opción real de triunfo (en mayor o menor grado): entre Calderón, Madrazo y López Obrador se encuentra el próximo presidente y sólo queda esperar que la decisión mayoritaria se incline por el que resulte menos dañino para el país.
