Después que Felipe Calderón lo hiciera el domingo pasado, hoy rendirá protesta Roberto Madrazo y mañana lo hará Andrés Manuel López Obrador, con lo que se formaliza la postulación de los candidatos de los tres partidos que obtienen mayor votación.
El elenco estará completo cuando protesten Patricia Mercado (salvo que prosperara algún recurso en su contra) de Alternativa socialdemócrata y campesina, y quien designe Nueva Alianza. Como se sabe, ninguno de esos dos partidos, por estrenar registro, pueden formar coaliciones y no los afecta la urgencia de registrarlas ante el IFE a más tardar mañana.
Los escenarios escogidos por los candidatos para asumir formalmente esa condición son indicativos del carácter que desean imprimir a sus campañas. El PAN eligió un local cerrado y además de su transmisión televisiva el acto contuvo una importante dosis de espectáculo de luz y sonido y bailarinas cuyo breve atuendo sería impensable en una reunión panista hasta hace no muchos años. Madrazo protestará en un mitin callejero, en las inmediaciones de su sede nacional cercana a la antigua estación de Buenavista (que el militante priista Ernesto Zedillo dejó sin uso al eliminar el servicio de pasaje y privatizar los ferrocarriles de carga, adquiridos entre otras empresas por una a cuyo consejo de administración pertenece el ex presidente).
Hasta en el escenario el PRI impone a su aliado el Partido Verde su peso específico, subrayando la subordinación haciéndolo figurar como invitado a su casa. López Obrador volverá, como decían los programas de las carpas, al lugar de sus éxitos, el Zócalo capitalino, donde dos veces en abril pasado el entonces huésped principal de uno de los edificios que flanquean la Plaza de la Constitución congregó a multitudes.
El mitin será transmitido por MVS Canal 52, pues al parecer las tarifas de Televisa y TV Azteca, que difundieron el acto panista quedaron por encima de las posibilidades del PRD, decidido a practicar la austeridad.
Los candidatos deberá guardar silencio a partir del domingo, debido a la extraña e infundada, pero útil, tregua establecida por el consejo general del IFE, y que se extenderá hasta el 18 de enero, cuando comiencen formalmente las campañas. Por lo menos en el Distrito Federal será difícil que el silencio electoral que contraste con el bullicio de las fiestas decembrinas se observe cabalmente, porque la instrucción de la autoridad federal no concierne al candidato del PRD a la jefatura de Gobierno capitalino ni a los precandidatos o aspirantes de los otros partidos.
Calderón es apoyado sólo por su propio partido, como ocurrió a siete predecesores suyos, y a diferencia del más reciente, Vicente Fox, el primero en concertar una alianza (para el cambio, se llamó y la integró el PAN con el PVEM).
Librado a sus propias fuerzas, el candidato panista tendrá que compensar con su propio talante y sus propuestas el peso que ingredientes adicionales tuvieron en la victoria de Fox. Además de la fuerza acumulada de Acción Nacional, que multiplicó por nueve su votación entre 1970 y 1994, para triunfar como Fox, Calderón necesita factores equivalentes al voto útil, el de los verdes y al de los Amigos de Fox.
La situación de Madrazo es delicada. El hecho que en algunas encuestas aparezca en tercer lugar (en la más reciente de Reforma hasta con ocho y siete puntos de diferencia respecto de los dos primeros) constituye un obstáculo difícil de remontar. Aunque ha ido venciendo resistencias (lo recibieron ya gobernadores que se le opusieron en Unidad democrática) y hasta consiguió la promesa formal (puramente formal hasta ahora) de Arturo Montiel para sumarse a su campaña, todavía no es claro el efecto que en términos de organización electoral y número de votos le cause el conflicto con Elba Ester Gordillo, que no depone su animosidad contra su antiguo aliado.
Difícilmente compensará Madrazo esa pérdida, cualquiera que sea su magnitud, con la alianza con el Verde. Siendo ese partido uno de votantes y simpatizantes, y no de militantes, es remoto el traslado mecánico de las preferencias expresadas a favor de Bernardo de la Garza hacia Roberto Madrazo, que encarna los defectos cuyas virtudes contrarias se adjudicó el efímero -pero no ingenuo- aspirante dizque ecologista.
López Obrador rendirá protesta en un panorama para él halagüeño. Los nubarrones que lo ensombrecían parecen haberse disipado si a la postre resulta verdad que se frenaron o aplazaron las maniobras para prorrogar el mandato de Vicente Fox, no reeligiéndose como pretendieron presidentes priistas, sino mediante concesiones cuyo otorgamiento genera gratitudes duraderas y mediante el control por sus personeros de órganos básicos para la gestión financiera y económica del estado. Subsisten, en cambio, porciones de un paisaje brillante, especialmente dibujadas por el modo y el resultado de la elección de candidato a jefe de Gobierno capitalino. La insólita jornada, cuyo desenlace contó en mucho con la actitud de Jesús Ortega, que no fingió entusiasmo por la victoria de su adversario pero no la estorbó, favorece notablemente la posición del candidato presidencial, pues anticipa una probablemente fuerte votación en su favor en la Ciudad de México.
Está por verse qué efecto produce la alianza del PRD con PT y Convergencia. La influencia de esos partidos en algunas entidades (Durango y Veracruz, por citar las más notorias) puede suplir deficiencias perredistas, pero quizá a gran costo.