Cuando a mediados de año Bernardo de la Garza dejó la coordinación del PVEM en la Asamblea Legislativa del DF, dijo que se iba para representar a su partido en la contienda presidencial.
Una y otra vez negó que su figura, que en ese tiempo era la de un gris ex diputado federal, fuera usada como moneda de cambio para una alianza con los grandes. Dijo entonces que jamás se prestaría a tal cosa y menos a declinar por posiciones políticas. Que su candidatura era en serio y su nombre aparecería en las boletas de 2006, pues así lo había convenido con “El Niño” Jorge Emilio González.
A raíz de eso inició una millonaria campaña en televisión -200 millones de pesos- que lo llevó a subir en la intención del voto a ocho puntos, según él.
Desde que arrancó su campaña estaba claro que de lo que se trataba era de encarecer la estructura Verde a la hora de las alianzas, como la que firmó con el PRI de Roberto Madrazo, que le llegó al precio.
En los últimos días, De la Garza intensificó sus spots señalando que él no buscaba un beneficio personal y que declinaría por un partido que abanderara sus ideales, incluyendo eso de que no es transa porque no tiene colmillo.
Lo cierto es que Bernardito pertenece a un grupo de juniors que se dedican a sacar dinero y posiciones políticas de donde les caigan. Todos son hijos de papi y buenos para la lana y para los placeres de la vida.
¿Qué acaso el ex coordinador de los diputados del DF cree que Madrazo y los del PRI son políticos sin colmillo, honestos y que representan los intereses del pueblo y de la ecología, que es su chequera -perdón- su bandera?
Será interesante ver cómo De la Garza defiende la honradez y la calidad moral de Madrazo y su pandilla, y cómo pide a los votantes que lo apoyen. ¿Quién le dijo al desdentado político que los que supuestamente apoyan al Verde lo harán ahora por el PRI sólo porque él se los pide?
Este político sin colmillo -y por lo visto también sin moral- representa a un partido cuyo dirigente nacional fue filmado pidiendo tres millones de dólares para ayudar a supuestos empresarios a construir en una reserva de Cancún.
También representa a un partido que hizo su coordinador en la Cámara de Diputados a un empresario que compra sus peleas de boxeo y que prefiere ir a Big Brother que a las sesiones. Que es más conocido por sus escándalos con artistas que por sus iniciativas en el Congreso.
Apenas el fin de semana “El Niño Verde”, jefe de los yuppies del PVEM, dijo que no se aliarían con el PAN porque ese partido no defiende a los pobres. ¿Acaso el Verde está integrado por algún pobre o le interesa rosarse con algún desposeído? ¿Alguno de ellos se habrá subido a un micro o comprado un pantalón en Milano?
Porque en el DF a Bernardito lo suplió en la Asamblea nada menos que Gerardo Díaz Ordaz Castañón, nieto del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz. Lo acompañan puros iberos. Qué bueno que los Verdes se unan al PRI; están hechos unos para otros por transas, vividores y oportunistas.
CENTAVITOS
Por cierto, además de los negocios de “El Niño Verde” y de la tala de árboles del boxeador Jorge Kahwagi, nadie olvida que hace unos meses el PVEM mexiquense vendía candidaturas por instrucciones de Jorge Emilio, según el respectivo video. Ese es el negocio de estos jóvenes que de Verdes sólo tienen los billetes que ganan y las ojeras que les salen de tanto reventón.
