Durango

Carece Cavim de espacios

La Secope analiza el proyecto de remodelar la Clínica del DIF para ampliar sus áreas

Ante la demanda de personas que requieren tratamiento en la Clínica de Atención de Víctimas de Maltrato (Cavim), la dependencia reconoce que hace falta espacio físico para sus técnicas grupales. Además, aquéllos que requieren psicoterapia deben esperar hasta un mes para recibir el servicio.

En promedio, el Cavim atiende entre 60 y 70 personas diarias y estiman que cada mes incorporan 60 expedientes nuevos, informa Alma Delia Andrade Rodríguez, coordinadora.

Puntualiza que ya se tiene un proyecto para remodelar la Clínica que es parte de DIF Estatal y de esta forma ampliar sus áreas, aunque no tienen una fecha aproximada de cuándo se llevaría a cabo, puesto que está en análisis en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (Secope).

Reconoce que se saturan de pacientes, aunque en realidad esta situación es por demás negativa, ya que refleja el índice de violencia familiar que prevalece en la entidad. Y ante este panorama, la Cavim se enfrenta a un conflicto, ya que no es posible brindarles atención inmediata, aunque los afectados acceden a esperar un poco de tiempo.

La dependencia está enfocada a ?curar las heridas emocionales? que causa la violencia, sobre todo en el sexo femenino. Su modelo de atención es innovador y creado a partir de las necesidades de las pacientes.

La servidora pública declara que conforme a algunas investigaciones realizadas, un 40 por ciento del sexo femenino en la entidad ha sufrido violencia alguna vez en su vida, ya sea física o emocional. Ante tales cifras, resalta la importancia de contar con más espacios que puedan atender esta clase de situaciones que ya son consideradas como un problema de salud pública así como social.

Y es que antaño estas agresiones se quedaban en el silencio. La formación de las mujeres era de quedarse calladas e incluso creer que era algo natural, pero en la actualidad las ideas han cambiado y, por lo tanto, la gente que busca ayuda ha aumentado.

Según lo explicado por la entrevistada, son tres etapas las que abarcan el tratamiento. La primera de éstas es la psico-educativa, en la cual les proporcionan información sobre la violencia familiar para que se percaten del contexto en el que estaban inmersas.

Sigue la fase de la psicoterapia para que puedan sanar las heridas que les ha causado el maltrato en su autoestima y en su salud mental, pues es común que presenten ansiedad, depresión o bien que somaticen algún padecimiento. Por último, les brindan sesiones para el desarrollo de su potencial, es decir, apoyarles para que no sólo sean sobrevivientes de ese conflicto, sino que se conviertan ?en seres humanos plenos?.

En total, las pacientes del Cavim reciben 30 sesiones en sesiones grupales, ya que se ha demostrado que se obtienen mejores resultados cuando hay una retroalimentación con mujeres con situaciones similares; de esta forma, se pueden brindar ayuda mutua.

En la actualidad, la Cavim cuenta con nueve terapeutas que atienden a la población que busca en ellos una esperanza de vida, poseen un área de psico-diagnóstico y colaboran con valoraciones psicológicas de las parejas que deseen adoptar a un menor de edad, además de brindar conferencias en diferentes centros. Cabe mencionar que tienen cuatro grupos de atención a menores de edad.

SANAN SUS LESIONES

Un importante número de mujeres torturadas por el maltrato en su propio hogar encontraron en la Clínica de Atención a Víctimas de Maltrato (Cavim) una solución a su problema.

Norma cuenta que en su vida gran parte del tiempo se sintió ?opacada, reemplazada, utilizada?. ?Pero hoy, después de un gran proceso, de un arduo trabajo para reencontrarme me siento tan vital y fuerte que creo que en este gran universo tengo vida, brillo, resplandezco infinitamente como el gran astro en el espacio?, narra.

Claudia platica que antes se sentía como ?una lombriz? que era aplastada por todos, pero que en la actualidad se siente distinta.

?Antes de entrar al Cavim me sentía rechazada, menos que los demás, me gritaban, me daba miedo, me miraba al espejo y me veía fea, ahora siento que he vuelto a nacer en cuerpo y alma?, indica.

Carolina, por su parte, cuenta: ?era una mujer rota del alma, sin ilusiones, sin motivos ni alegrías, sin ganas de salir adelante, sin luchar por lo que pensaba. No podía hablar, ni reír ni llorar, no podía expresar lo que sentía. Él sólo exigía sus derechos como hombre, él me hizo sentir como una rata que sólo aceptaba migajas de pan; sin embargo, soy una mujer maravillosa, ésa soy yo?, enfatiza.

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