La cosecha tiene un avance del 90 por ciento; califican de bueno el ciclo 2005
CANATLÁN, DGO.- La fruticultura enfrenta necesidades de infraestructura, para lo cual demandan subsidios y acceso a los créditos con bajos intereses, a fin de ser más competitivos en el mercado nacional.
Mientras la mayoría de los productores del sector primario duranguense sufren por las pérdidas ante las inoportunas lluvias, los fruticultores están en la recta final de una buena cosecha de manzana, estimada en dos millones de rejas.
A la fecha, en la generalidad de las huertas de manzana de Nuevo Ideal y Canatlán tienen un 80 por ciento de avance en la cosecha, con 1.6 millones de rejas, de las cuales 70 mil permanecen en los frigoríficos para esperar mejor precio, aun cuando el actual no es malo, de cinco pesos kilogramo, afirmó Alfredo Alvarado Bueno, presidente de la Unión de Fruticultores (Unifrut).
Comentó que al principio los precios tuvieron variantes muy difíciles, pues de 5:50 a 6:25 se desplomó hasta 2:50 pesos el kilogramo a finales de julio y principios de agosto; posteriormente se niveló a cinco pesos, gracias a la demanda nacional, donde los manzaneros han logrado buena respuesta de las cadenas comerciales de Sinaloa y Durango.
NECESIDADES
Los fruticultores tienen mucho en qué ocuparse; primero, en seguir fortaleciendo sus huertos con árboles de alta densidad y sistemas de riego tecnificado, a fin de ser competitivos, pero para eso requieren de subsidios y créditos con bajas tasas de interés.
A la vez, demandan más infraestructura como frigoríficos, ya que los productores solamente tienen capacidad para 70 mil rejas, lo que significa un 3.5 por ciento del promedio de cosecha anual de dos millones de rejas.
Resulta mínima la capacidad de almacenamiento, por eso no logran mantener un precio justo, ya que la mayoría se ve en la necesidad de vender su cosecha al precio que rige en el mercado, no tienen manera de esperar, de ahí la necesidad de los subsidios.
INDUSTRIA
Los productores tampoco pueden industrializarse por la falta de recursos económicos, señala Alvarado Bueno, pues el primer paso es rescatar la planta juguera de Canatlán, misma que fue confiscada por un adeudo de nueve a 11 millones de pesos, incluyendo los intereses.
Cabe mencionar que el Gobierno del Estado hizo gestiones ante Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) para que la pasaran en comodato a los productores a fin de garantizar el precio del ripio (manzana caída).
Sin paternalismos
El objetivo de la Unifrut no es tener la planta juguera en calidad de préstamo, sino en propiedad; para eso, los fruticultores están en la mejor disposición de pagar un promedio de un millón de pesos anuales, además de contar con el respaldo del Gobierno del Estado para gestionar apoyos adicionales.
FIRA primero ofreció la planta para su venta en nueve millones, luego la subió a 13 millones y en el último avalúo pretende venderla en 20 millones; en fin, no se tiene precisión al respecto, pero una vez que concluya la cosecha se buscará una entrevista con los directivos de esa dependencia del Banco de México para llegar a un acuerdo.
Plantan árboles de alta densidad
Cada ciclo se recupera la superficie fructícola después de la sequía de los 90, pues anteriormente se contaba con 13 mil hectáreas con árboles tradicionales, perdiéndose más del 50 por ciento de la superficie.
A principios del nuevo siglo se empezaron a adquirir árboles de alta densidad, así que de seis mil 500 hectáreas que quedaban en la región, hoy se tienen siete mil, y para el 2006 la Unifrut pretende sembrar otros 70 mil árboles en una superficie de 70 hectáreas a razón de mil por unidad productiva.
La cosecha récord se registró en 1987 con 4.5 millones de rejas en 13 mil hectáreas; después no se ha rebasado los tres millones de rejas. En este ciclo esperan dos millones, lo cual es bueno en relación con la superficie de siete mil hectáreas.