TORREÓN, COAH.- Su presencia en la zaga albiverde denota temple, seguridad, confianza, elegancia y experiencia, aunque con apenas 20 años de edad, Carlos Roberto Rosales Espino, solamente tenga ocho partidos jugados en la Primera División con Santos Laguna.
Pero en el mundo futbolístico le apodan el “Bora”, debido a que años atrás, cuando asistía a la escuelita del conjunto albiverde en la Unidad Deportiva Torreón, sus compañeros de entonces le pusieron el sobrenombre, debido a que siempre llegaba con el cabello despeinado, al puro estilo del serbio Belibor Milutinovic.
Nacido un lunes seis de agosto de 1984, el ahora orgullo de la colonia Moctezuma se encuentra motivado por afianzarse en el cuadro titular del técnico Eduardo “Yayo” de la Torre, pero no se duerme en sus laureles y sabe del compromiso que le espera en una prometedora carrera futbolística.
Cuarto hijo del matrimonio conformado por sus padres José Rosales Flores y Guadalupe Espino Rodríguez, a pesar de comenzar a ser una persona pública, admira y respeta a sus hermanos: José Francisco, Adriana Cecilia, Mónica Judith, Jorge Alberto y Alicia Guadalupe, de quien dice sentirse agradecido, por el apoyo y consejos brindados en el aspecto humano.
Fue hace 11 años, en plena Copa Mundial de Estados Unidos 1994, cuando su hermano mayor José Francisco, lo metió a jugar en un equipo de la categoría asqueles en la Unidad Deportiva Torreón y por sus facultades, fue invitado a la escuela de Santos Laguna.
Ahí comenzó a palpar los colores verde y blanco, con la enseñanza de Hugo Saucedo y don Armando Velázquez, después pasó a los equipos juveniles con Juan Rodríguez “La Cotorra”. Señala que los tres entrenadores fueron pieza clave para su desarrollo como jugador.
Como sobresaliente futbolista lagunero, jugó un Campeonato Nacional “Benito Juárez” en Sonora, al lado de Raúl Wong, David Costilla y Cristian Martínez, quienes actualmente juegan en Segunda División con el Atlético Lagunero; además de Epigmenio Ramírez, Alejandro Urrutia y Jorge Macías, que siguen el proceso en divisiones inferiores.
Llegó a la Tercera División bajo la conducción de Julio Mendoza a mediados de 2001, pero solamente jugó el Torneo de Invierno; debido a su rápido progreso, brincó al equipo Juvenil del Torneo Nacional de Fuerzas Básicas y de ahí al primer equipo, sin jugar en la Segunda División.
Con Sergio Bueno y Luis Fernando Tena, fue llamado en esporádicas ocasiones para los entrenamientos con el equipo de Primera División. Después con la llegada de Eduardo “Yayo” de la Torre al timón santista, fue tomado más en cuenta junto a sus compañeros Antonio “La Mona” Olvera y Armando Gallegos.
Para Rosales como proyecto de fuerzas básicas, fue motivante que jugadores como Enrique “Rifle” Vizcarra, Joaquín Reyes y Gabriel Palmeros, entre otros, debutaban, les daban continuidad y eran ídolos: “ver a compañeros más adelantados que jugaban en Primera, nos impulsaba a seguir adelante, porque sabíamos que aunque nos costaría, lograríamos llegar a estas instancias.
Pero no ha sido fácil escalar en lo futbolístico, porque le interesa el aspecto académico. Debido a problemas de horarios, se encuentra en el último semestre de bachillerato en la Preparatoria Miguel de Unamuno, su cuarta institución educativa de nivel superior.
Sabe que una carrera como una licenciatura es algo pesada, que combinada con muchas salidas de la Comarca Lagunera le complican el panorama, pero confía en tomar la mejor decisión para su futuro profesional.
En sus inicios, jugó de volante y carrilero por derecha, donde se desempeñaba a la perfección, pero en una gira por Brasil en 2003, Carlos Ortiz sugirió que jugara de líbero, gustó su desempeño y ahí se quedó. Su debut fue el uno de mayo de 2004, ante los Gallos Blancos del Querétaro en el Estadio La Corregidora, donde perdieron 2-0. Los detalles curiosos en su primera incursión en el máximo circuito, es que portaba el número 56 y jugó con una playera de color verde opaco, por lo que era fácil su identificación, independientemente de su gran presencia en la zaga santista.
“Me sirvió como técnica individual jugar varios años en media cancha, además, estar al lado de Denis Caniza me ayuda mucho en mi rendimiento, le he aprendido varias cosas, habla conmigo y me pide calma porque tengo mucho futbol”, confesó el futbolista surgido de la cantera santista.
Agregó que Jorge Campos le apoya con garra y corazón, con palabras de aliento en los momentos complicados, además de escuchar en la retaguardia la voz de Adrián Martínez, quien le brinda mucha seguridad en la zona baja.
De manera entusiasta habló de las personas jóvenes y emprendedoras como él, que ocupan en la actualidad, puestos importantes en la directiva y cuerpo técnico del Santos Laguna: “gente como De la Torre en la posición de director técnico es benéfica porque se acerca mucho con los jóvenes, nos dice cómo superarnos en la posición. José Antonio Noriega en su puesto de director deportivo, vino a hacer el enlace entre directiva y jugadores, son dos aspectos que ayudan en mucho al equipo”.
Se sincera y con voz entrecortada menciona que es algo indescriptible saltar a la cancha del Estadio Corona, donde todo lagunero sueña con jugar alguna vez con los Guerreros, ser observado por su familia y amigos. Indica que impone jugar en canchas como el Azteca y el Azul en la Ciudad de México, y la del Jalisco en Guadalajara, que son majestuosos cuando se escucha a miles de gargantas gritar, pero lo más importante es que le gusta jugar y brindarse al máximo.
Sobre los medios de comunicación opinó: “muchas de las veces y sobre todo cuando uno comienza la carrera de futbolistas, imponen las cámaras, grabadoras y micrófonos, se corta la respiración, pero con personas agradables en los medios locales, la interacción entre ambas partes se hace más amena”.
Rosales jugó en el Clausura 2004 todo el partido ante Querétaro, mientras que en el Apertura 2004 vio acción frente a Veracruz, Tigres y Cruz Azul. En el actual torneo ya participó contra los Rojinegros del Atlas, Águilas del América, Tecos de la Autónoma de Guadalajara y La Franja del Puebla.
SU HUELLA
Paso por el máximo circuito
Torneo JJ Tit. JC EC SC Min. Gol TA TR
Clausura 2005 4 4 4 0 0 360 0 0 0
Apertura 2004 3 3 3 0 0 270 0 2 0
Clausura 2004 1 1 1 0 0 90 0 0 0
Totales 7 7 7 0 0 720 0 2 0
JJ Juegos Jugados
Tit. Titular
JC Juegos Completos
EC Entró de Cambio
SC Salió de Cambio
Min. Minutos
Gol Goles
TA Tarjeta Amarilla
TR Tarjeta Roja
EN CORTO
Preferencias personales
Comida: Enchiladas
Bebida: Refresco
Película: De acción
Novela: Juventud en Éxtasis
Programa: Deportivo
Selección: Anhelo
Futbol: Vida
Santa Rita: Nacimiento futbolístico
Corona: Mejor Estadio
Azteca: Jugar con selección
“Yayo”: Buen técnico
Santos: Mejor equipo
Familia: Mi pasión
Ciudad: Torreón
Playa: Cancún
Mundial: Jugarlo
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
La familia, base del éxito
Carlos Rosales heredó el gusto por el futbol de sus padres, fieles amantes de este deporte, desde que tiene uso de razón, su madre Guadalupe le inculcó y le enseñó la majestuosidad del toque del balón con las piernas.
Su madre relata con entusiasmo sus andares en aquellas épocas: “siempre recorríamos los campos de futbol, somos apasionados, a Carlos lo traíamos en los campos Matías Román, en los Maga y en el ‘Flaco’ Sánchez desde que tenía dos años de edad”.
Junto a su esposo José, platican que aunque les tocó una parte de la Ola Verde del Laguna en Primera División, el barrio de la colonia Moctezuma, donde han vivido desde años atrás, siempre se ha caracterizado por el gusto al futbol.
Mención especial reciben sus padres, quienes ayudan al “Bora” a mantenerse con los pies en la tierra, ya que las charlas y consejos están a la orden del día, al provenir de una familia honesta, responsable, trabajadora y humilde.
Sus progenitores afirman que fuera de la cancha es muy buen hijo, hermano y tío, tranquilo pero muy juguetón. Los días que no entrena trata de descansar en su hogar y llevar una vida saludable, pero sin dejar de vivir el momento.
Tiene novia (Yadira) y Rosales a sus 20 años no piensa aún en el matrimonio, porque sabe que apenas inicia en el futbol y tiene otras obligaciones, es consciente de la posibilidad, más delante, de jugar en otro equipo fuera de la Comarca Lagunera.
Cuenta con el apoyo incondicional de sus padres para estudiar, pero hasta donde él pueda combinar los dos factores. Sus amigos siempre han sido los de su barrio, así como en Santos Laguna y los de la preparatoria: “Las amistades son de años y si el trato es como a una persona normal, es más reconfortante”.
Doña Guadalupe orgullosa dice no caber de contenta por verlo jugar, aunque reconoce que al principio le daba tristeza verlo calentar en la banca, sin que ingresara a la cancha, pero entiende que es parte del proceso del futbol.
A su padre José le da una tremenda satisfacción ver que se realiza el sueño de su hijo a una corta edad: jugar en la Primera División en el equipo de sus amores y, sobre todo, respetar sus capacidades futbolísticas dentro del terreno de juego.