El técnico águila afirma que su equipo es amplio favorito frente al Cruz Azul
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Para Mario Carrillo, director técnico del América, la semifinal entre las Águilas y los Cementeros carece de paridad, al menos en cuanto al favoritismo. "El América es inmensamente favorito por todo: los jugadores, el futbol que practica...", sentencia el estratega. "No creo que quede eliminado, porque -hombre por hombre- somos tan buenos como ellos".
La confianza americanista no sólo radica en Carrillo. Varios jugadores del plantel azulcrema consideran que avanzarán a la final pese a cerrar la eliminatoria en el Estadio Azul. "Si no digo que es favorito, me tendría que ir de acá", asegura Claudio López, al tiempo que Kléber Pereira opta por descargar la presión en La Máquina: "El favorito es el Cruz Azul, porque acabó adelante de nosotros".
La investidura de sublíder general que porta la Máquina y la petición de algunos aficionados azulcremas -mediante pancartas- de poner más atención en el trabajo defensivo, no inmutan a Carrillo, quien considera a sus dirigidos un contrincante de cuidado. "En este momento mi equipo es un rival fuerte", señala. "Somos semifinalistas con todo merecimiento, un conjunto que ha atacado bien, metido muchos goles y defendido correctamente".
Estas cartas de presentación se deben -según él- al pleno conocimiento y gusto por el estilo de juego empleado. "Tenemos dominado nuestro sistema y les agrada a los jugadores", dice, mientras esboza una tímida sonrisa. "Siempre jugamos a ganar". A pesar de todas las cualidades que le encuentra a su equipo, Carrillo parece comenzar a tomar previsiones y pide que, pase lo que pase, no quede en el olvido lo hecho por el América en el Torneo Clausura 2005. "Sería lamentable que toda esta bonita temporada no fuera reconocida. Es lo malo de estos partidos: el equipo que se queda en el camino es olvidado, pero -en el caso del América- se tuvieron logros bien agradables", asevera. "Tienen que reconocerle que es el equipo que más goles anotó en la temporada y algunas otras cositas...".
La pizca de inseguridad manifestada por el entrenador de las Águilas podría tener su origen en la poca experiencia que acumula dentro de fases finales. El de mañana apenas será su noveno partido dirigido en una liguilla, mientras que su rival de banquillo, Rubén Omar Romano, cumplirá 25. "La experiencia sí influye, no sé cuánto, pero lo voy a averiguar esta semana", admite. "Espero que no me pese mucho y pueda ayudar a mi equipo a ganar estos partidos".
Eso sí, se da tiempo para solicitarle algo al Cruz Azul: "cuando los equipos se enfrentan al América, siempre espero que lleguen a un buen nivel. No me fijo si en el último partido estuvieron bien, mal o regular".
