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MÉXICO, DF.- Cámara, tarjeta fotográfica, reproductor de música, minitelevisor... ¿queda alguna función por agregarle al versátil teléfono celular? Sí, la de cartera.
Después de todo, si más de la cuarta parte de la población del planeta porta teléfonos celulares y esa cifra aumenta de a cientos de millones por año, ¿para qué tener tarjeta de débito o de crédito si un artefacto móvil puede cumplir la misma función con idéntica eficacia?
En el nivel más elemental, lo único que se necesita es incluir en el teléfono un chip de radio de corto alcance para que transmita la información de la tarjeta a una terminal en la caja registradora de la tienda.
Esto ya existe en Japón, donde NTT DoCoMo Inc. dice que tres millones de usuarios de teléfonos celulares utilizan su servicio Cartera Móvil para comprar en 20 mil tiendas y máquinas expendedoras.
Algo parecido podría ser inminente en Estados Unidos y Europa. MasterCard International Inc. ensaya versiones telefónicas de su tecnología de pagos a distancia PayPass desde 2003 y podría iniciar un ensayo amplio de mercado el año próximo.
Pero hay versiones más ambiciosas en el tablero de diseño, que ven en el teléfono celular un nuevo punto central para la administración de las finanzas personal. El teléfono reemplazaría no sólo a la tarjeta sino también a la cartera, la chequera, los portales de Internet y los servicios de pago de cuentas.
Aunque los actores protagónicos de la banca occidental todavía no aceptan este concepto y algunos dudan de su atractivo para el consumidor, la idea ha despertado interés en varios lugares del mundo.