La llegada de casinos a Torreón ha generado molestia en diversos sectores de la sociedad. Académicos y empresarios han advertido la peligrosidad de estos establecimientos, donde bien podría “lavarse” dinero, o simplemente, generar malos hábitos como el vicio del juego en los jóvenes laguneros.
Otras voces como la Promotora de Turismo se han manifestado a favor de estos negocios. El argumento: atraer turistas a Torreón. Sin duda una justificación demasiado débil, sobre todo cuando las personas interesadas en el juego y con recursos económicos para practicarlo prefieren destinos como Las Vegas.
Sobre el tema las autoridades municipales no han manifestado una postura firme, se han limitado a decir que la responsabilidad es de la Secretaría de Gobernación, que es la dependencia federal la encargada de otorgar los permisos a estas casas de juego y ellos están impedidos a actuar.
La justificación quedó sin validez ayer cuando de visita en Torreón el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, aseguró que los permisos de Gobernación están sujetos a la autorización de los ayuntamientos: “Si el Municipio dio los permisos para el establecimiento entonces los permisos de Gobernación cobran vigencia”, dijo.
Actualmente en la ciudad operan tres negocios dedicados al juego, con la licencia de “sport books”. Carlos Abascal Carranza no dudó en afirmar que en este tema de las salas de apuestas hay una corresponsabilidad entre el Municipio y la Segob, porque los permisos de la Secretaría están condicionados a la expedición de los permisos del Municipio. Es decir las autoridades de Torreón tienen la facultad de actuar si en verdad tienen la voluntad de hacerlo.
Por desgracia cada vez es más común ver en diferentes ciudades del país la instalación de casinos, pareciera que la cultura del juego llegó para quedarse, aunque la última palabra la tienen las autoridades.