LONDRES (AP) .- El papa Benedicto XVI ya comienza a perfilarse como una fuerza divisaba entre los católicos, que lo ven como un hombre cálido y abierto, pero expresan inquietud ante algunas de sus actitudes como custodio de la ortodoxia de la Iglesia.
Benedicto se opone a los métodos anticonceptivos y ha descrito la música rock como una expresión que va "contra la religión".
En Lisboa, María Ferreira, una empleada administrativa, dijo que era una católica que se alejó de la Iglesia porque consideró que no estaba a tono con los tiempos, en particular en lo que hace a temas como la mujer y los homosexuales.
"¡No lo puedo creer! ¡La Iglesia está retrocediendo", declaró Ferreira el miércoles. "Era la peor elección posible. No en vano la Iglesia está perdiendo gente".
En el otro extremo, están quienes dicen que Joseph Ratzinger --un ex profesor de teología a quien sus estudiantes consideran un mentor tolerante-- tiene la capacidad intelectual y espiritual para conducir a la feligresía católica.
"Con su personalidad de erudito, podrá continuar el legado espiritual de su predecesor Juan Pablo II", opinó Peter Reicher, un ingeniero de 39 años de Budapest, que organiza viajes de misioneros católicos al Africa.
Estos dos puntos de vista tan contrastantes resumen un poco el sentir general y hacen pensar que se podría producir una división entre los fieles: Muchos añoran ser cobijados por la Iglesia pero se sienten alienados por lo que perciben como una rigidez incompatible con su vida diaria, mientras otros afirman que el nuevo pontífice es un símbolo del máximo valor de la Iglesia, la ortodoxia.
El arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schoenborn, dijo que la rápida elección del nuevo Papa fue "un indicio de una gran confianza" y sostuvo que no se debe tildar a los líderes eclesiásticos de conservadores o progresistas.
"Esto es algo que va mucho más allá de los rótulos", señaló.
Hay quienes se preguntan si el Vaticano, con su actual conducción, está en condiciones de hacer frente a los temas sociales del momento: la pobreza y el hambre en el mundo en desarrollo, el flagelo del sida y, en un nivel más abstracto, la sensación de vacío espiritual que afecta a muchos jóvenes de naciones desarrolladas, quienes opinan que la Iglesia impone demasiadas restricciones como para ser una respuesta a sus inquietudes.
"Se dice que es una persona muy devota y de gran cultura. Pero también es muy conservador en estos tiempos modernos", expresó George Fernandes, un anciano de 79 años que realiza trabajos como voluntario en proyectos de la Iglesia en la ciudad india de Bombay.
La columnista Breda O'Brien, del diario irlandés Irish Times, sostuvo que "nunca en tiempos modernos se ha elegido un papa con una imagen pública tan definida, y tan negativa. Pero puede consolarse con el hecho de que se espera tan poco de él, que cualquier cosa que haga será vista como positiva".
En América Latina y Africa, la decepción causada porque no se eligió un Papa de esas regiones fue atenuada por la profunda fe de los feligreses en los únicos dos continentes donde la Iglesia está creciendo.
"En una época de tantos desafíos, lo que necesita la Iglesia es alguien que mantenga sus principios y no pierda de vista su misión", manifestó el sacerdote católico nigeriano Martins Onukwuba.
