Sorprende a asesores cercanos al Pontífice de la declaración del secretario de Estado vaticano
AP
ROMA, ITALIA.- Una frase del secretario de Estado vaticano acerca de la posibilidad de una abdicación de Juan Pablo II ha suscitado un debate emocional entre algunos de los asesores más cercanos al Pontífice.
El cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, sorprendió a los observadores el lunes, cuando un periodista le preguntó acerca de si el Papa consideraría la posibilidad de renunciar y el prelado respondió: ?Dejemos esa hipótesis a la conciencia del Papa?.
?Debemos tener gran fe en el Papa?, agregó. ?Él sabe lo que hace?.
El cardenal argentino Jorge Mejía, ex compañero de clases de Juan Pablo en Roma, dijo que el Sumo Pontífice ?deberá decidir cuando su estado físico sea tan grave que no pueda continuar?.
Cuando el Papa fue hospitalizado, tras sufrir graves dificultades para respirar como consecuencia de una gripe, el tema de su eventual renuncia adquirió repentina importancia en las conversaciones del Vaticano, pese a los esfuerzos de la curia por disipar tales rumores.
Ningún Papa ha abdicado en muchos siglos, y el frágil pontífice de 84 años ha dicho repetidas veces que desea continuar al frente de la Iglesia Católica, incluso si es preciso desde su lecho de una clínica romana.
El Santo Padre celebró el Miércoles de Ceniza en su habitación, y por primera vez en 26 años no asistió a las oraciones de la fecha con que se inicia la Cuaresma, el solemne período de ayuno y reflexión que precede a la Pascua de Resurrección.
El Papa recibió la marca en su frente con las cenizas que había bendecido previamente en la propia policlínica a donde fue llevado el primero de febrero con espasmos respiratorios. El Santo Padre invitó a su médico personal, el doctor Renato Buzzonetti, a asistir a la ceremonia, dijo el vocero pontificio Joaquín Navarro Valls.
El cardenal Camillo Ruini, el vicario del Papa en Roma, dijo que el Santo Padre lucía ?realmente bien? más de una semana después de su hospitalización urgente.
La posibilidad de que el Papa pueda abdicar ha sido planteada desde hace casi una década, a medida que el Pontífice se ha visto debilitado visiblemente debido al mal de Parkinson, así como dolencias en las rodillas y la cadera.
Su pronunciación es confusa desde hace varios años y debido a sus problemas para mantenerse de pie utiliza un trono con ruedas que es empujado por sus asistentes.
No obstante, Juan Pablo ha rechazado toda conjetura de que pueda renunciar a su cargo, y ha declarado con frecuencia que seguirá desarrollando su misión hasta el final.