México ha contado a través de su historia, con innumerables aportes de sus hombres; ha recogido cada acción bienhechora de quienes, aún sin ser perfectos, lucharon y brindaron su existencia en la construcción de la patria que anhelaron.
Muchos son los ejemplos y los nombres. hoy los vemos con realismo, concientes de sus defectos y errores; sobretodo, agradecidos de sus virtudes y pasión por nuestro país.
La gran riqueza cultural de nuestro pueblo, tiene raíces muy profundas y se ha nutrido, paulatinamente, en cada pasaje histórico.
Resalta el legado de aquellos que impulsaron con su obra, la tarea educativa. Así, recordamos en este día a Netzhualcoyotl, Vasco de Quiroga y Motolinía, Hidalgo y Morelos, Juárez, Lerdo y Justo Sierra, Rafael Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano. En todos ellos, constructores de la patria, el quehacer del maestro se magnifica y se convierte en una tarea llena de nobleza.
Al resaltar la importancia que ha tenido la educación a través del tiempo, podemos afirmar, que en los momentos de las grandes transformaciones sociales, políticas y culturales de la nación, el magisterio ha sido actor fundamental.
Las maestras y los maestros de México tenemos la misión histórica de poner la educación al servicio del pueblo; porque lo que más nos interesa, es legitimar el derecho de la niñez y la juventud de ingresar, permanecer y terminar sus estudios como medio privilegiado para la justicia social, la igualdad de oportunidades y el bienestar individual, familiar y colectivo de todos los mexicanos. Y en esta hora, de cara a los desafíos que afronta el país, el pueblo de México puede estar seguro que el magisterio está de su parte. Al magisterio lo mueven la esperanza, la solidaridad y el compromiso compartido a favor de un mejor futuro. Al magisterio lo motivan las luchas que ha y que dar para conquistar nuestras aspiraciones y estamos listos a emprenderlas.
El 15 de mayo es la fecha fundida en la memoria colectiva de los mexicanos, no sólo para recordarnos el insustituible valor del maestro, sino para reconocer a la educación como sustento de la dignidad individual y de la equidad social.
El 15 de mayo, México entrega a sus maestros el reconocimiento a
su dedicación sin límites en la formación de los niños y los jóvenes. Por ello estamos aquí, rindiendo homenaje a quienes durante 30, 40 y 50 años de servicio, se han brindado a esta generosa acción de educar y moldear el rostro de la patria.
Muchas y muy ricas vivencias han acumulado cada uno de ustedes queridas maestras, estimados maestros. seguro estoy, que las satisfacciones adquiridas en su trayectoria son su mayor alegría y orgullo.
Este día, gobierno y sociedad valoran y reconocen el esfuerzo prodigado por ustedes en las aulas, en las comunidades más lejanas. en el día del maestro justo es que recordemos con afecto y admiración a quienes en cualquier época y lugar de nuestra patria, han dejado huella a través de la siembra de auténticos valores morales y humanos. Esto es reconocer y entregar nuestro afecto y admiración a todos los maestros que al igual que ustedes, compañeros homenajeados, hacen de la escuela un refugio ideal de la verdad y del bien.
Seguro de que el aprecio social por su vocación de maestros, que se entrega sólo a quienes tienen el privilegio de formar en las aulas a las nuevas generaciones, es el mejor de los reconocimientos posibles, permítanme a nombre del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación expresarles mi más amplia felicitación.
Reconocemos que nuestra organización sindical no es ajena a su herencia. legado que sostenido en la inteligencia y la reciedumbre de sus convicciones otorga fortaleza y unidad.
Me siento altamente honrado de tener la grata oportunidad de compartir con ustedes y sus familias, este momento tan emotivo, que tantos recuerdos trae a nuestra mente; recuerdos bellos, otros tristes quizá, ilusiones y sueños de nuestra vida de maestros; sueños... algunos realizados, otros...inconclusos, que finalmente son parte de todo aquello que forja el espíritu de los seres humanos.
Reitero mi respeto y admiración a quienes durante 50, 40 y 30 años, han sido capaces de construir con el ejemplo los más sólidos valores y llevarnos por los senderos del conocimiento.
En estos momentos de grandes dificultades en los distintos espacios del quehacer nacional, en la organización sindical de los maestros, destacamos la importancia de recuperar la educación como prioridad nacional y elevarla a política de estado.
Debe ser la escuela pública el espacio privilegiado para el desarrollo comunitario y social; y la educación, tarea corresponsable de maestros, padres de familia, instituciones del estado, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad.
En este compromiso estamos inmerso s los trabajadores de la educación; en este compromiso queremos que se involucren con toda la fuerza de su vocación las distintas esferas de gobierno.
Frente a los retos que tenemos, conviene subrayar que no habrá un desarrollo sustentable, no habrá democracia y justicia social
En México, ni en el mundo, que no esté soportado en la acción transformadora de la escuela pública. por eso, debemos concebir a la educación como inversión del presente para el futuro. por ello, reclamamos se concrete un incremento sustancial del presupuesto educativo, que haga viable el cumplimiento de asignar el 8% del producto interno bruto en el rubro educativo como lo ha establecido la ley.
Los maestros de México hemos tejido un compromiso con la sociedad, para entregar nuestro esfuerzo cotidiano en aras de una educación pública de calidad; así también, alzamos la voz para demandar un salario digno que permita alcanzar un nivel de vida decoroso para el trabajador y su familia, queremos acudir a las aulas preocupados y ocupados por enseñar y no por subsistir.
Mucho se ha dicho ya que el maestro es el protagonista del hecho educativo; sin embargo, aunque reconocemos que se han hecho esfuerzos por mejorar sus actuales condiciones de vida, debo decir que han sido insuficientes. Hoy en día al maestro, si bien lo mueve la fuerza de su vocación y espíritu de servicio, cierto es que entre angustias y zozobras observa como lentamente se deteriora su salud. sus anhelos de una mejor vida, de mayor tranquilidad para su familia, son cada vez más inalcanzables... pero, sigue ahí, firme y apasionado en su actitud porque es maestro. por eso mi enérgico reclamo: es urgente inaugurar una nueva etapa de apoyo y reconocimiento al magisterio y a los trabajadores de la educación.
Sr. Gobernador:
¡ La educación es razón de nuestro esfuerzo!
Valoramos la consideración que su gobierno tiene al concebir el hecho educativo como una gran prioridad.
Apreciamos la participación de la administración que usted
preside, en relación a revalorar y estimular socialmente a las maestras y los maestros de Durango. apelamos a su sentido solidario para realizar un empeño adicional en la concurrencia de recursos que se traduzcan en beneficios para todos nuestros compañeros; y desde luego, a su voluntad política, siempre manifiesta, para dar respuesta a las asignaturas pendientes.
A mis compañeros homenajeados que hoy reciben sus merecidos estímulos, reiterarles mi reconocimiento. la sociedad sabe de su valía y quiere verles siempre constantes en ese empeño de educar a sus hijos. no me cabe duda que a donde quiera que vayan lo harán siempre erguidos y con la frente en alto.
Ustedes son maestros orgullosos del deber cumplido, satisfechos y ansiosos de seguirse brindando; porque ni el pensamiento se doblega ni la virtud se rinde, y una vez que se es maestro, ¡se es maestro por siempre!.
¡Felicidades!(*)