Aichi (Japón), (EFE).- Batallones de charros, bailarinas de Jalisco, sones jarochos y las voces de Susana Zabaleta y Eugenia León tiñeron de colorido y alegría la celebración del 195 "grito" de independencia de México, en el marco de la Exposición Universal de Aichi (Japón).
Durante unas horas, el "Expo Dome", el principal auditorio con el que cuenta el recinto de esta Expo, se convirtió en referente de la cultura contemporánea de México y de su folklor tradicional.
Miles de japoneses hicieron cola para asistir el espectáculo, que fue inaugurado por el secretario (ministro) mexicano de Medio Ambiente y Recursos Naturales, José Luis Luege, que estaba acompañado por el ex primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto.
Durante su intervención, en el marco incomparable de esta Expo dedicada a la conservación del medio ambiente y a la "sabiduría de la naturaleza", Luege recordó que México es el cuarto país con mayor biodiversidad del mundo y exigió "un desarrollo sostenible que no sacrifique los recursos de las generaciones futuras".
En dos espectaculares sesiones, el público asistente se encontró una excelente muestra de la riqueza artística del país latinoamericano.
El entusiasmo de la colonia mexicana en Japón, que en ningún momento dejó de corear a los artistas y de ondear las banderas de su país, arrastró al clímax al público japonés, que abandonó el recinto anonadado.
La primera actuación del día corrió a cargo del Ballet Folklórico del Estado de Jalisco que, acompañado por el Mariachi Internacional de América, bailó la música mexicana más conocida.
Mientras, los espectadores observaban boquiabiertos a los charros, con sus trompetas, violines y potentes voces.
Bajo el lema de "entretejiendo la diversidad", el pabellón de México ha sido uno de los que más éxito ha tenido en esta Expo, con su elegancia y su propuesta de respeto al medio ambiente.
Acto seguido, la polifacética Susana Zabaleta levantó a todo el escenario con su dulzura y fue capaz de sacar a la vista los sentimientos a los japoneses, poco proclives a emocionarse en público.
En su concierto de 40 minutos, Zabaleta interpretó canciones mexicanas como "Bésame mucho" o "Mala" y terminó con un aria de ópera, "para que vean que en México no sólo hay mariachis".
Por la tarde, en el mismo escenario, el grupo tradicional veracruzano Mono Blanco interpretó los sones de Veracruz con energía y fuerza.
Después, la legendaria cantante Eugenia León puso fin a esta demostración musical, que parece haber dejado una profunda huella en la memoria de los asistentes.
El "grito", propiamente dicho, corrió a cargo del propio secretario
Luege en el pabellón mexicano.