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Kabul, Afganistán.- A tres días de los comicios en Afganistán, la violencia ha vuelto a manifestarse en este país destruido por odios encarnizados y décadas de guerra, con otros seis muertos, un ataque a una candidata y el secuestro de dos periodistas.
La organización Human Right Watch denunció ayer que las elecciones van a celebrarse en un “clima de miedo”, especialmente en las zonas rurales más apartadas.
Los ultraintegristas talibanes han declarado la guerra a las primeras elecciones legislativas democráticas en Afganistán, previstas para este domingo, que serán vigiladas por más de 80 mil agentes para garantizar la seguridad.
El gobernador de Uruzgan (centro de Afganistán), Jan Mohammed Khan, dijo ayer que tres insurgentes y tres civiles murieron en dos incidentes de violencia ocurridos este miércoles.
Supuestos talibanes colocaron una bomba en una furgoneta cargada de civiles en el distrito de Trin Kot y como consecuencia murieron tres personas y otras cuatro resultaron heridas, entre ellas un niño.
Además, entre 30 y 40 insurgentes atacaron también ayer a fuerzas policiales en el distrito de Chor Chimo, donde perecieron tres rebeldes y otro fue arrestado, según el gobernador.
En Uruzgan, una de las provincias más peligrosas de Afganistán, el martes supuestos rebeldes mataron a siete civiles que se habían registrado para votar en los comicios que se realizarán el domingo, un ataque que Khan relacionó con esa cita electoral.
Ayer se supo que, en la provincia de Nuristán (noreste de Afganistán), una mujer candidata a la Wolesi Jirga (Cámara Baja) recibió tres tiros de supuestos talibanes, que además secuestraron a sus tres acompañantes, entre ellos dos periodistas.
La campaña para las legislativas concluyó ayer rodeada de violencia y con recurrentes casos de intimidaciones a los candidatos, especialmente a las pocas mujeres que se presentan a los comicios.
