Por Max Rivera II
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Primero hay que reconocer que en el papel sonaba muy bien. Hacer una cinta que retrate la experiencia de los que se quedan atrás, la visión de las familias de los migrantes, la forma en que se vive la lejanía en tres países distintos. Una premisa excelente con un sinfín de posibilidades, que por la impericia de su guionista y realizador se perdió en el camino. Fue abandonada en el desierto. Murió encerrada en un vagón.
Al Otro Lado narra las historias paralelas de tres familias en tres países que subsisten en buena medida del dinero que llega del extranjero: México, Cuba y Marruecos. La historia mexicana transcurre en Michoacán, durante los días previos a la partida del padre. La cubana narra el plan de dos niños que pretenden llegar a Nueva York en una cámara de llanta para reencontrarse con el papá de uno de ellos. La marroquí sigue a una niña que busca embarcarse a España para buscar a su padre, y es engañada por tratantes de blancas en el puerto de Tánger.
Sigue sonando muy bien ¿no? Y si continúo con detalles de las historias puede incluso parecer que es una gran cinta. Si además le comento que la producción y fotografía son de primera, tiene buenas actuaciones de veteranos cono Héctor Suárez y Carmen Maura, y pasables interpretaciones del siempre difícil cast infantil, parecerá casi una visita obligada a la sala del cine. Pero no lo es. Y cada virtud de la producción de la cinta es una razón más de vergüenza para el director Gustavo Loza.
El problema es la ingenuidad. Loza se enfoca en una de las partes más blandas del problema de la migración: lo mucho que los niños extrañan a sus papás. Ciertamente este ángulo podría haber llevado a asuntos serios como la desintegración familiar y la trastocación de valores, pero no, la cinta se trata nada más de lo duro que es para los corazoncitos infantiles que papá se haya ido de mojado.
Loza pierde el tiempo y una oportunidad única buscando el melodrama en lugar del drama puro. Pudo hasta encontrar la tragedia y la inmortalidad, pero se conformó con la lágrima fácil, la caricatura y el chiste flojo. Eso es ingenuidad, además de una terrible falta de respeto a los migrantes, la nación y mis ochenta pesos.
La historia cubana es mala, la mexicana peor y la africana apenas se salva gracias a que la barrera del lenguaje y el filtro de los subtítulos nos evitaron escuchar en directo los anodinos diálogos. Las situaciones inverosímiles abundan, y para peor caso, son medulares en la trama. Uno debe creerse que un niño michoacano de nueve años no sabe lo que significa ?irse al otro lado?, que los niños cubanos no saben nadar se lanzan al mar y que una tratante de blancas profesional se va a enternecer y encariñar a extremos maternales con una niña, sólo porque tiene dos años menos que el resto de su mercancía.
Pero sobretodo, Loza no puede darse el lujo de ser ingenuo cuando habla con expertos. Y de migración sabemos todos. No hay quién no tenga un primo o un hermano al otro lado, o ha contemplado uno mismo la posibilidad de irse. A casi todos nos ha llegado algún dinero de allá. Para millones de mexicanos es el único sustento. A otros nos cae rete bien aunque sea en los cumpleaños o navidad (gracias tía, no le aflojes). Es un dinero salvador. La estabilidad del país le debe más a las remesas que a la AFI.
Al Otro Lado tenía a su favor, además, ser el único largometraje nacional con esa temática que a llegado a las pantallas en mucho tiempo. En medio de un montón de películas mexicanas sobre asaltos y secuestros, Al Otro Lado destacaría por oportuna. Sería un justo homenaje, este año en que los envíos de nuestros paisanos en Estados Unidos posiblemente superarán a los ingresos por la venta de petróleo. Sería una buena forma de agradecer a los migrantes por su ayuda amorosa, que supera por mucho, aplicándose cualquier medida, al dinero interesado y desleal de los especuladores bursátiles, esos sí tan queridos y apapachados por el gobierno. Pero no. Al Otro Lado no llega a ninguno.
Aún así, lo invito a envolverse en el lábaro patrio y aventarse a ver Al Otro Lado. Solidarícese conmigo, que sentí la obligación moral de ver esta cinta cuando en realidad quería meterme a ver a Nicole Kidman en Reencarnación. Quizá a usted le guste más que a mí. Y si no, lo convoco a que al final de la cinta se ponga de pie y entone el Himno Nacional, que también se canta en momentos de derrota y decepción. No cante por Gustavo Loza, que no se lo merece. Hágalo por los millones de mexicanos que están lejos.
Calificación: 2 estrellas de 5
Director: Gustavo Loza.
Guión: Gustavo Loza.
Música: Héctor Ruiz.
Fotografía: Jerónimo Denti, Serguei Tanaka, Patrick Murguía.
Actores: Ignacio Guadalupe, Adrián Alonso, Héctor Suárez, Vanessa Bauche, Susana González, Cármen Maura.
Año: 2004.