Agencias
Nueva York, Estados Unidos.- Es una encarnación de un héroe del oeste parco en palabras, dicen unos. Otros ven en él al duro policía de la gran ciudad de la serie Harry, el Sucio. Y otros, finalmente, alaban su espíritu delicado, que se refleja en su afición al jazz y a componer música para sus películas. Sin embargo, Clint Eastwood, que este martes 31 de mayo cumple 75 años, recibió sus dos Oscar por su trabajo como director.
Los muchos talentos que reúne el todavía delgado y muy deportista actor y director no caben en un solo cajón. Pero hay una característica que marca todas sus cualidades: El hijo de un trabajador del acero de San Francisco es un rebelde de corazón.
?Eso está arraigado profundamente en mi espíritu?, dijo una vez. ?Cada vez que alguien me cuenta que la tendencia va hacia un lado, me dirijo exactamente en la dirección contraria?.
Así fue también el año pasado. El ambiente social en Estados Unidos estaba marcado más bien por los principios conservadores de la Iglesia. Y fue justo entonces cuando Eastwood, que durante mucho tiempo fue considerado un apoyo de la derecha en Hollywood, desató la controversia con sus Golpes del Destino.
El hecho de que el popular maestro no sólo se ocupara de la dirección, sino que además encarnara al entrenador y padre sustituto que cumple con el deseo de muerte de su boxeadora estrella tetrapléjica (Hilary Swank), no sólo desató las iras de los cristianos fanáticos. Hubo protestas delante de los cines, mientras los defensores de la eutanasia intentaron sumar al ?elder statesman? de Hollywood a sus filas.
Apenas sirvió que Eastwood manifestara su rechazo a toda politización del entretenimiento y declarara que nunca había pensado ni por un segundo en el aspecto político de la película durante el rodaje. Para él se trataba sobre todo de ?una gran historia de amor entre un padre y una hija?.
De forma similar lo vio la Academia del Cine de Hollywood, que distinguió Golpes del Destino con cuatro Óscar, entre ellos el de Mejor Película y el de Mejor Director.
Eastwood, cuya carrera en Hollywood comenzó de forma más bien lenta con papeles en películas de serie B, recibió su primer Oscar en 1993 por el western Sin Perdón. Con esa película, dejó atrás la imagen de tirador seguro de sí mismo que le debía sobre todo a los exitosos spaghetti western de Sergio Leone.
En Sin Perdón, Eastwood manifestó con su retrato de un ex asesino venido a menos su preocupación por un mundo sin piedad, en el que la violencia genera más violencia.
En cuanto a asesinatos ya había reunido suficiente experiencia con la serie de Harry el Sucio. Como inspector Harry Calahan parecía llevar su Magnum 45 hasta a la cama.
El papel le valió a Eastwood la fama de partidario de la derecha. Siempre interpretó a Harry como un policía insobornable y leal. Y eso en una época en la que a los policías se los despreciaba como ?cerdos?, comentó Eastwood en alguna ocasión. Que los temas criminales y policiales se pueden tratar de una forma bien distinta lo demostró el director en 2003 con la tragedia criminal Río Místico.
De los intentos de encasillarlo políticamente en la derecha o la izquierda, Eastwood dijo varias veces que para ello es ?demasiado individualista?.
Y a todos los que quieren jubilarlo ya, les dejó en claro hace poco en la entrega de los Óscar: ?Aún tengo mucho trabajo por delante?.
Para que todos le creyeran, Eastwood llevó a su madre de 96 años a la ceremonia y le agradeció en público ?por sus genes?.
