Capítulo 33
A mediados del mes de mayo de 1855, Santiago Vidaurri, de la familia de federalistas de Santa Rosa, se pronunció en Lampazos, Nuevo León a favor del Plan de Ayutla; el día 23 tomó la ciudad de Monterrey y se declaró Gobernador y Comandante Militar del Estado.
Sus padres, Pedro Vidaurri y Teodora Valdez, eran originarios de Santa Rosa, pero él nació en Lampazos.
Nueve meses después de la toma de Monterrey, el 19 de febrero de 1856, anexó el Estado de Coahuila al de Nuevo León, lo cual fue aceptado por los hombres principales, excepto por don Juan Antonio de la Fuente. Dicha medida se hizo porque así se creaba un Estado libre y soberano y lo bastante fuerte para defenderse del gobierno central y sus políticos; el cinco de febrero de 1857, fue consignado en el artículo 43 de la constitución, quedando asentado como, Estado de Nuevo León y Coahuila.
En la capital de México, como ahora, el desorden continuaba; la intriga entre los partidos políticos, alcanzó límites fuera del poder nacional, todos eran capaces de todo por alcanzar el poder sin importar las consecuencias.
Benito Juárez, al frente de los liberales prometiendo ?el respeto al derecho ajeno? se refugió en el desierto del norte, buscando la ayuda de los Estados Unidos que en ese momento tenían su guerra civil. Mientras los conservadores aceptaban a Maximiliano para estrenar un imperio francés, el cual duraría muy poco por la Doctrina Monroe.
El diez de febrero de 1864, Juárez se entrevistó en Monterrey con el gobernador Vidaurri sin llegar a ningún acuerdo ya que aquél pretendía que todos los aranceles de la frontera pertenecieran al gobierno central (como después lo lograron) y recursos monetarios para su causa, lo cual se le negó. Juárez regresó a Saltillo y modificando la Constitución (cosa que hacía con mucha facilidad), separó Coahuila de Nuevo León. Vidaurri se unió a Maximiliano.
Don Andrés Viesca quedó a cargo de las tropas liberales del Estado encabezados por: José María Garza Galán, Jesús Galán, Juan Elizondo, Antonio Flores, Guadalupe Valle y Santiago Castillo. Para que te des idea de las armas de ese ?ejército?, copiamos aquí un fragmento del acta que se levantó de él, Guadalupe Valle lleva un caballo y montura propia y un rifle de don Jesús Elguezabal con algo de parque del señor Justiniano Elizondo... Y así sucesivamente...
En 1848 el general Mariano Arista, ministro de guerra para defensa de las fronteras nacionales y defensa contra los ataques de los indios, había establecido ?colonias militares? copia de los antiguos ?presidios? españoles, pero por falta de recursos sólo duraron dos años.
El gobernador Vidaurri en 1850, estableció los llamados ?guardianes de la frontera? con los indios Kikapus, Seminolas y los afroindios llamados ?Negros Mascogos? que habían solicitado establecerse en Coahuila, se les aceptó con el compromiso de defender la frontera de las incursiones de los comanches, los lipanes y los apaches mezcaleros, lo cual cumplieron fielmente ya que llegaron en sus excursiones desde el Río Bravo hasta el Bolsón de Mapimí.
Los Seminolas después de un tiempo se regresaron con su tribu al este de Texas, los Kikapus y los Negros Mascogos están todavía en el nacimiento del Sabinas y en ?el moral? en la cercanía de Múzquiz, respectivamente. De estas tribus dependió la seguridad del norte del Estado hasta después de 1860.
En el centro y sur del Estado la élite coahuilense de mediados del siglo XIX, representada entre otros por: Santiago Vidaurri, Jacobo y Carlos Sánchez Navarro, Leonardo Zuloaga y Evaristo Madero y las diversas autoridades civiles y militares, impulsaron una serie de acciones de guerra para limpiar de indios nómadas y de malhechores tejanos la región, porque como dijo Quirino Benavente, administrador de las haciendas de los Sánchez Navarro: -?esos profanos políticos de México, quienes preocupados por sus teorías europeas, no saben absolutamente nada de las necesidades de nuestros estados norteños? y otros rancheros decían que la paz estaba al final de una soga. No fue sino hasta en pleno porfiriato, ya profesionalizado el ejército, cuando se terminó con el problema de los bárbaros, después de 300 años.
Santiago Vidaurri, estableció un gobierno de orden y progreso en el Estado de Nuevo León, hasta su fusilamiento por su adhesión al imperio; se equivocó, se le olvidó que él tenía que pensar y actuar como gobernador y Benito Juárez como presidente.