Pekín, (EFE).- El Gobierno chino considera liberar de tasas automovilísticas a los ciudadanos que compren coches con bajo nivel de emisiones tóxicas, una medida más en la carrera contrarreloj para acabar con la contaminación, informa el diario "China Daily".
"Aquellos que opten por vehículos muy contaminantes deberán pagar impuestos más gravosos", explicó al rotativo oficial Feng Fei, director del departamento industrial del Centro de Desarrollo e Investigación perteneciente al Consejo de Estado.
Aunque en la actualidad la tasa automovilística se impone a los fabricantes, antes de que los vehículos entren en el mercado, el Centro ha recomendado en un informe al Ejecutivo que la cargue directamente sobre los compradores para utilizarla como medida de disuasión.
De este modo, los que opten por coches ecológicos obtendrían el "premio" de no tener que pagarla, mientras que aquellos que prefieran vehículos más contaminantes deberían abonar hasta un 20 de impuesto.
Según el informe, en 2010 los coches consumirán 138 millones de toneladas de petróleo al año, el 43 por ciento de la demanda total china, y la cifra crecerá hasta 256 millones de toneladas, el 57 por ciento del total en 2020, lo que apremia a la adopción de medidas.
"En el futuro la contaminación urbana será generada básicamente por los vehículos a menos que seamos capaces de controlar con eficacia las emisiones de gas", declaró el responsable.
Tranquilizó no obstante a los responsables del sector en China, que en la actualidad es el cuarto productor mundial de vehículos, y aseguró que este tipo de iniciativas no serán perjudiciales para su crecimiento.
"Lo que necesitamos es un desarrollo saneado en línea con la capacidad de recursos", subrayó Feng, un mensaje reiterado prácticamente a diario por los medios de comunicación oficiales del país.
Y es que el elevado índice de contaminación es una de las principales preocupaciones a corto plazo, con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, pero también desde una perspectiva más amplia, pues amenaza el propio desarrollo del país, según los expertos.
A pesar de todas las medidas puestas en marcha, su presencia sigue siendo incuestionable y, por ejemplo, en ciudades como Pekín el sol apenas se ha visto en las últimas tres semanas, agazapado tras una capa de densa neblina causada por la contaminación.
En los últimos años, el aumento de vehículos al amparo del crecimiento económico se ha convertido en un nuevo agente contaminante y, para reducir su impacto, las autoridades han puesto en marcha ya otras medidas, como promover el uso de "gasohol", un combustible fabricado con maíz, patatas o caña de azúcar.
