EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Coincidencias

Javier Fuentes de la Peña

Extraña es la vida. Cuando menos lo pensamos, nos toca vivir historias que nos parecían inimaginables. Nuestra existencia está llena de coincidencias, algunas felices y otras simplemente catastróficas.

Hay quienes aseguran que las coincidencias no existen, pues todo en nuestra vida está predeterminado. A mí me cuesta creer tal afirmación. Un día conocía a una chica mientras me encontraba en la cafetería del Tec de Monterrey, luego de asistir a una entrevista de trabajo. A esa hora, ella se encontraba en receso. Al verla, una fuerza extraña me orilló a preguntarle cómo estaba y ni siquiera la conocía. Esa feliz coincidencia cambió mi vida, pues aquella estudiante es ahora mi esposa. ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera ido ese día a la cafetería del Tec de Monterrey para comprar un refresco?

La historia está llena de coincidencias, algunas de las cuales son trágicas. Joseph Stalin, por ejemplo, rechazó el ofrecimiento alemán de intercambio de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Lo dramático de aquel hecho fue que entre los prisioneros a canjear estaba su hijo Jacob que, ante la negativa de su padre, murió en un campo de concentración alemán.

Aunque esta triste coincidencia condenó a muerte al hijo de Stalin, hay otras historias que por simple casualidad se salva una vida. Tal es el caso de un londinense que salió un día de su trabajo y por descuido tomó el autobús equivocado. A pesar de esto, él nunca se dio cuenta que iba en la dirección errónea, hasta que pasó frente a la casa de una antigua amiga a quien no veía desde hacía muchos años. Al darse cuenta que iba a la dirección opuesta de su casa, decidió bajarse del autobús y aprovechar que estaba en ese sector para saludar a su amiga. Al llegar a su casa, notó que de la puerta salía un fuerte olor a gas, por lo que decidió entrar sin tocar la puerta. Al llegar a la cocina vio a su amiga tirada en el piso, totalmente inconsciente. Gracias a su equivocación pudo salvar la vida de su querida amiga.

Hay veces también que por una coincidencia se hace justicia, como por ejemplo en el caso de Vera Czemark, un ama de casa de la República Checa, quien tuvo un gran disgusto cuando se enteró de la infidelidad de su marido. Presa de un ataque de depresión, la señora Czemark se arrojó por la ventana de su apartamento, en la tercera planta de un edificio en Praga. Tres pisos más abajo, el señor Czemak caminaba casualmente por la banqueta. Sin tener la menor intención, la señora cayó encima de su marido. Horas más tarde, el señor que le había sido infiel a su esposa murió y a ella no le pasó absolutamente nada.

No cabe duda que las coincidencias están envueltas con el papel de lo misterioso. En 1981, por ejemplo, el príncipe Carlos de Inglaterra se casó, el Liverpool fue campeón de Europa y el Papa Juan Pablo II estuvo a punto de morir por un atentado. En este año 2005, el príncipe Carlos se casó de nuevo, el Liverpool volvió a coronarse en la Champions, y el Papa Juan Pablo II murió. De coincidencias hablando, no podemos dejar de mencionar al PRI, pues en ese partido dos de los funcionarios más corruptos de la actualidad coincidieron en la contienda interna para elegir al candidato a la Presidencia.

Roberto Madrazo y Arturo Montiel son muy semejantes. Su pasado está escrito con lodo, y su futuro con tinta negra. Tantas cosas tienen en común estos políticos, que ambos han decidido unirse. Ante la sorpresa de todos, el mexiquense renunció a su candidatura supuestamente por los ataques que ha recibido su familia. En la política, la verdad nunca se dice y el ex gobernador no iba a declinar a cambio de nada. Seguramente en unas semanas se hablará de Arturo Montiel como uno de los principales colaboradores de Madrazo.

Muchas cosas sabemos ahora de Montiel. Sin embargo, lo que desconocemos lo obligó a renunciar a sus falsas aspiraciones.

Quizá Madrazo piensa que su campaña se verá fortalecida al tener ahora a su servicio toda la estructura política de Montiel. Pero se equivoca, pues su desprestigio aumentará al beneficiarse de una persona que él mismo tachó de corrupta.

Como antes dije, hay coincidencias felices y otras simplemente catastróficas. Por años, los mexicanos hemos coincidido con políticos corruptos dedicados únicamente a saquear nuestro país. De nosotros depende terminar de tajo con esas tristes coincidencias. Para ello, debemos elegir un Presidente cuya historia pasada sea una garantía de lo que pudiera ofrecernos para un futuro.

javier_fuentes@hotmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 176658

elsiglo.mx