EL SIGLO DE TORREÓN
En un afán por preservar una de las tradiciones más puras de México, escuelas e instituciones culturales de la región montaron bellos y ornamentados altares de muertos.
Flores de cempasúchil, mano de león y crisantemos destacaron entre la decoración, que incluía veladoras, vasos de agua, ricos platillos típicos de la tradición mexicana, todo en torno a la foto del personaje al que cada grupo eligió dedicar su altar.