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Columna de Arturo Brizio

LA MULA DE SEISES.

La Comisión de Árbitros de la Federación Internacional de Futbol, (FIFA) decidió dar de baja de la lista de jueces internacionales al silbante mexicano José Abramo Lira.

Abramo fue propuesto por la dirigencia arbitral mexicana pero no pudo aprobar satisfactoriamente los exámenes físicos a que son sometidos aquellos nazarenos que optan por obtener o revalidar su gafete internacional, razón por la cual simplemente le dieron las gracias.

Por supuesto que no se trata del fin de la carrera de este joven juez regiomontano ni de una vergüenza para el futbol nacional, pero el pésimo manejo que la H. Comisión de Árbitros mexicana le ha dado al asunto, para variar y no perder la costumbre, es lo que ha levantado ampula.

La historia de José Abramo es interesante pues él ingresa al arbitraje a invitación expresa del doctor Edgardo Codesal quién sorprendido por su afición al futbol y su excelente físico, consideró que reunía el perfil del árbitro del nuevo milenio.

Obviamente, en el grupo de los silbantes se tomó a Pepe como una especie de protegido del hábil galeno aunque lo peor fue que él así lo creyó.

Sintiéndose apoyado por su presidente, Abramo descuidó su carrera, empezó a ausentarse de los entrenamientos, asumió poses teatrales y dictatoriales en los encuentros y fue cayendo en un conformismo que ahora le cobra factura.

El problema radica en que la nueva Comisión de Árbitros presidida ahora por Arturo Yamasaki siguió solapando la irresponsabilidad del silbante regio y éste, instalado en la hamaca, recibía designaciones sin merecerlas. Incluso ya reprobado en las pruebas físicas continuó siendo programado.

Con la baja de Abramo se reduce a siete el número de árbitros internacionales en México y aquí viene la segunda lectura.

Nuestro país es de los pocos en el mundo que tiene derecho a tener hasta diez jueces con gafete internacional, sin embargo, hace mucho no se ha podido cumplir con la cuota, pese a la reiterada negación de una crisis arbitral en México.

La verdad es que por el lado que tiren, pierden, pues por una parte dejaron crecer un problema con un silbante indisciplinado y por otra no se ha trabajado para que surjan jueces de categoría en cantidad y calidad. En suma, la mula de seises.

El siguiente paso para José Abramo es reconocer sus errores, pensar si quiere realmente al arbitraje y si la respuesta es afirmativa, sacrificar lo necesario para volver a la máxima lista. Condiciones las tiene y de sobra.

En el caso de la Comisión, el caso es patético. Imagine usted, amable lector, que La Volpe puede llevar al mundial a 22 jugadores y solo convoca a 16 reconociendo que el resto no tiene nivel competitivo.

Obvio que todo mundo se le echaría encima pero en el arbitraje no pasa nada. Y esto se ha venido denunciando desde hace varios años.

En temas mas agradables, llega la noticia desde Culiacán del nombramiento de Vicente Urías como presidente del Club Dorados de Sinaloa.

Conozco el trabajo de este hombre comprometido con su entidad, firme de convicciones, agradable en su trato y genial en la convivencia.

Creo que es un acierto y al amigo Vicente le mando un abrazo. Al señor presidente Urías le digo que se sacó la rifa del tigre.

Éxitos.

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