Lesión Moral.
La temporada 2005 en las grandes ligas tendrá a un gran ausente: Barry Bonds.
El jonronero de los Gigantes de San Francisco ha sido sometido a una cirugía de rodilla y el tiempo de rehabilitación será largo, por lo que es un hecho que no verá acción en los encuentros de la gran carpa en este año, aunque de sus declaraciones se desprende que la lesión es más bien moral.
Este hombre ha logrado records impresionantes en su carrera como beisbolista, parece haber sido atacado por el síndrome del triunfador, es decir, le cuesta trabajo asumir compromisos con sus compañeros, su familia y consigo mismo, al grado que la fama parece devorarlo.
Nombrado siete veces el pelotero más valioso de la Liga Nacional, ha sido calificado como mal compañero en las novenas para las que ha jugado, y se le ha tachado de conflictivo aunque sus números lo avalan como un gran profesional y un verdadero superestrella del diamante.
La lesión se presenta en un momento coyuntural en la vida de Barry Bonds; por un lado, ha superado la barrera de los 700 cuadrangulares y está a sólo once de alcanzar al ?Bambino? Babe Ruth y a cincuenta y tres de romper la marca de todos los tiempos de otro negrazo maravilloso como lo fue Hank Aaron, y por el otro, está en el banquillo de los acusados por consumir esteroides anabólicos para elevar su masa muscular, práctica que si bien no está prohibida en el beisbol sí deja en entredicho a quien lo hace, sobre todo después de la balconeada que les dio a los peloteros ligamayoristas el buen Pepe Canseco con la publicación de su libro.
Bonds ya no es ningún jovencito y además es multimillonario, por lo que la disciplina y el rigor que se requiere para llevar a efecto una adecuada rehabilitación quizá no esté en su ánimo, además de sus declaraciones en el sentido de que desea disfrutar la vida junto a su hijo y de sentirse mentalmente fatigado.
Barry es, indiscutiblemente, una estrella en el firmamento del mejor beisbol del mundo y el Rey de los Deportes echará de menos a uno de sus mejores exponentes, sin embargo, yo que soy un aficionado a este deporte que incluso me gusta más que el futbol, quisiera verlo de regreso haciendo lo que mejor sabe y buscando dejar marcas difíciles de superar.
Un hombre que ha sido capaz de pegar más de siete centenas de vuelacercas, que posee las marcas de más toletazos de vuelta entera en una sola temporada con setenta y tres, que ha jugado trece juegos de estrellas, que ha sido doce veces campeón bateador en la Liga Nacional, que pudo sostener un .362 de porcentaje en el último año, en fin, que todo en él son números alucinantes, merece que se ore porque regrese con bien a los diamantes.
Personalmente no me es simpático el buen Barry, cosa que debe tenerlo sumamente preocupado, pero no lo quiero para yerno, simplemente le deseo de todo corazón una pronta sanación de su lesión física. La lesión moral es asunto entre él y Dios.