SUEÑO DORADO.
El torneo mexicano de la Primera División ha entrado en la recta final, e independientemente del interés que despierta el saber cuáles equipos entrarán en la fiesta grande, mucha expectación genera también el tema del descenso.
Como usted sabe, amable lector, hace algunos años se instituyó en nuestro país el sistema del porcentaje para definir al equipo que deba bajar a la división de ascenso; aunque el nombre correcto sería tabla de cociente pues el resultado se obtiene de dividir los juegos disputados entre el número de puntos conseguidos pero, fuera de terminología técnica, el hecho es que se buscó evitar seguir teniendo a ?equipos elevador? que una temporada subían y a la otra bajaban o bien se la pasaban salvándose en la tablita.
Ahora, se requieren tres o cuatro muy malas temporadas seguidas como para verse involucrado en broncas de descenso con una salvedad: el equipo que recién ascendió tiene con este sistema muchas posibilidades de volver al infierno de la Primera A; pagando el noviciado y debiendo sumar una cantidad interesante de puntos.
El hecho es que, en este momento los equipos directamente involucrados en la quema son el Puebla y Dorados de Sinaloa.
El cuadro de la Franja es un club de gran tradición que incluso ha sido campeón del futbol mexicano pero que a últimas fechas no ha dado pie con bola; incluso llegó a descender pero por esas cosas raras de la vida y del desbarajuste que es nuestro futbol, conservó la categoría comprando la franquicia del recién ascendido Unión de Curtidores.
Dorados en cambio llegó al máximo circuito por la vía de la legalidad, llenando de frescura y promesas el noroeste del país.
Considero que por justicia Puebla debe descender pues no ha sabido aprovechar el gasto desorbitante y sigue sumido en la mediocridad.
Por su parte, Dorados ya tiene el destino en propia mano y sólo de ellos depende la salvación que bien podría empezar a escribirse el próximo sábado, cuando reciban a Veracruz.
En caso de lograr la permanencia en la división de honor, el cuadro sinaloense estaría haciendo historia pues su directiva encabezada por Tato D?Nicolas, con el apoyo del gobernador Jesús Aguilar Padilla y un viejo lobo de mar, querido amigo además, Vicente Urias han procedido con coherencia rompiendo paradigmas.
Normalmente cuando un equipo está abajo los directivos sacan la chequera e inflan la nómina. Dorados la adelgazó; traen a un técnico viejo, mañoso, puntista y casi siempre extranjero. Dorados dio la oportunidad a Carlitos Bracamontes y ahí la lleva; pero lo mejor es el fenómeno de identidad que el futbol ha generado en todo ese bello Estado de la República Mexicana. Dorados es mucho más que un club, es una vinculación social, un verdadero hecho histórico.
Otra de Sinaloa: Estuve a visitar al Director del Instituto Sinaloense del Deporte, Lic. Emigdio Martínez Lizárraga y me enteré que a todos los futbolistas amateurs del Estado se le practican estudios de electrocardiograma y se canalizan para diversos tratamientos.
Esto sitúa a la entidad como líder no sólo en la República sino en todo Latinoamérica. La mejor medicina es la prevención, como dice el Dr. Juan Martínez Barreda. La verdad es un orgullo tener amigos sinaloenses.
