LA RIFA.
¡No se vaya, no se aleje, va a haber nieve, mire usted; si su esposa cierra los ojos para comer y abre la boca para dormir que no le digan que no le cuenten, está embrujada!.
¡Pásele, pásele a comprar su boleto, la rifa va a empezar, éntrele y cambie su fortuna, pásele, pásele!.
Este tipo de arengas de feria, gritadas a garganta plena por un merolico contratado exprofeso se ponen de moda ahora que las autoridades federativas imponen el sorteo de los árbitros para dirigir los partidos de Primera División.
Una vez más la prepotencia y la ignorancia hacen que los jerarcas futbolísticos se pasen los reglamentos y estatutos por donde no les da el sol y tomen una medida arbitraria y a todas luces injusta.
Pero vamos por partes: La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) prohíbe el sorteo de silbantes por considerarlo lesivo a la autoridad que el juez ejerce en la cancha, amén de omitir tomar en cuenta las prendas personales de aquel representante de la legalidad en los partidos profesionales.
La Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), mediante un sorteo disfrazado, reta por enésima ocasión al máximo organismo rector del balompié mundial.
Según nuestros directivos no existe tal sorteo sino un programa computacional que revela el lugar de residencia del árbitro, cuántos juegos le ha dirigido a determinado equipo y las semanas en que ha tenido designación; esto se suma con la propuesta de nueve jueces por la Comisión de Arbitraje y el ordenador resuelve a qué partido va cada uno de ellos.
La tecnología al servicio del futbol, ¡qué padre!, sólo que en el estatuto de la Femexfut queda plasmado que, dentro de las funciones de la Comisión de Árbitros, está la de designar a los silbantes para los partidos del sector profesional.
No habla de sugerir o de permitir que otras instancias metan la mano en esa delicadísima área del arbitraje y sin embargo esto sucedió para la fecha tres de nuestro torneo.
Me queda claro que los altos mandos de la Femexfut quieren, so pretexto de profesionalizar el arbitraje, mangonearlo, y para ello se valen de la complicidad de dirigentes arbitrales que no le son fieles a la institución sino a sus salarios, prebendas e intereses.
Por supuesto que estoy a favor de que se capacite, atienda y profesionalice el arbitraje pero no es restándole autonomía como esto se logrará.
Ahora es un buen momento para verificar la famosa unión del gremio arbitral y reclamar a los dirigentes la abrogación de esta agresiva medida pero ¿saben qué?, no va a pasar nada pues también los silbantes prefieren ser mangoneados por una práctica que nace de la desconfianza que dar una muestra de dignidad.
Arturo Yamasaki carece de la fuerza y la integridad para pelear por los árbitros.
En alguna ocasión Armando Archundia, virtual mundialista, dijo que si había sorteo él se iba del arbitraje. Pues órale, don Armando, este es buen momento para ser lo que toda su vida no ha sido: hombrecito.
Alberto de la Torre quiere acabar con una institución que ha dado brillo al futbol mexicano? y lo va a lograr.
