La columna de Elsa Tirado
En el deporte del fisicoculturismo, es pan de cada día el consumo de desinflamantes y analgésicos, y claro está que la tendencia al abuso es grande. Considere usted que el abuso de desinflamantes puede desatar problemas renales muy serios, y si su consumo es cotidiano en forma de pastillas, se destruye la flora intestinal, llegando a producirse úlceras o padecimientos más graves del sistema digestivo.
Por otra parte, tanto inyectados como en forma oral los desinflamantes causan complicaciones renales y hepáticas. Es muy recomendable no abusar, pues hasta en una dependencia sicológica se puede caer.
Inmediatamente después de un entrenamiento verdaderamente intenso, lo más recomendable es aplicar algo de hielo o compresas frías al músculo inflamado y 12 horas después desinflamarlo con calor, ya sea de lámpara o de compresas calientes o simplemente agua con sal caliente en periodos de 20 minutos cuatro o cinco veces al día, esto es el mejor reconstructor de músculos, y el agua fría es la mejor desinflamante, útil y sin consecuencias secundarias. Piense que los métodos más inteligentes de desinflamar un grupo muscular son los naturales y prolongan su vida deportiva.
Los analgésicos sólo son útiles un par de horas después de un entrenamiento muy intenso, los días siguientes sólo congestionan nuestro hígado, sobrecargándolo de trabajo.
Lo mismo da con todo tipo de suplementos, su uso debe ser acorde a especificaciones médicas deportivas, y un exceso sobresaturará de trabajo al organismo y sus efectos serán contraproducentes, pida informes y estudie, no vaya ser que en un simple chisme o especulación, incluso información equivocada de voz en voz, le vaya a usted la misma vida.
Los suplementos y medicamentos están al servicio del ser humano, pero es innegable que se debe siquiera leer el manual de cómo usarlos.
Hasta la próxima...