COMO todos vaticinaban, la pasada reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que sería la culminación de la llamada Ronda de Doha y que concluyó el domingo 18 del presente en Hong Kong, ha sido un fracaso, para algunos uno muy grande, para otros no tan severo.
Los más entusiastas se sienten muy contentos, pues se logró que en el principal tema, el de los aranceles a la agricultura, se comprometieran los dos grupos de países desarrollados, es decir la Unión Europea por un lado y, por el otro, el grupo más importante del mundo que es Estados Unidos, a eliminar sus aranceles para el año 2013. ¡Que gran logro!
No obstante, quedaron de volverse a reunir en abril del año próximo para ponerse de acuerdo en cómo van a ejecutar este difícil proceso progresivo de desregulación arancelaria.
Es decir, nada sustancial hay que se pueda sacar en términos reales de esta reunión, en la que se tuvo a 149 países discutiendo durante varios días para concluir que los pobres todavía tienen capacidad de espera y gracias a ello llegarán al paraíso en el año 2013, claro, si logran estar vivos a esa fecha.
Como siempre ocurre en este tipo de reuniones, los países pobres van divididos según sus diferentes estratos de pobreza, con lo cual las demandas son vario
pintas; si la situación de un país es más o menos buena, acepta las propuestas de los desarrollados, pero en otros que están materialmente ?en la lona? en materia de pobreza, quieren tan sólo que se cumpla con los ofrecimientos que una y otra vez los países desarrollados han ofrecido. Esta reunión no fue la excepción.
Pero aparte de la agricultura, que fue la gran estrella de las discusiones, hay otros temas que también afloraron y que son preocupación de muchos países, debido a la insistencia de los desarrollados en que también se liberalice el comercio de los servicios bancarios, de las telecomunicaciones e incluso los servicios educativos.
En estos temas, los representantes de los gobiernos de los países subdesarrollados, según se desprende de la información, aceptaron ?acelerar? las negociaciones
para su liberalización.
Es incomprensible que a pesar del cinismo de los países desarrollados para mantener sus privilegios en materia de agricultura, ahora pretendan que adicionalmente de seguir hundiendo a muchos países en la miseria, la pobreza y el hambre, se abran también los mercados de los que ellos llaman servicios y que son el último reducto de muchas naciones para defender su soberanía.
Se debe insistir en que los resultados de esta ronda son, por lo menos, inaceptables para las condiciones en que hoy se encuentran muchos países del mundo.
Por eso, resulta incluso sarcástico el ofrecimiento de los países de la Unión Europea a los más pobres de África, de donarles ?mil millones de dólares en ayuda?. Para tener una idea de lo que significa esta cifra, equivale al monto que otorgan por día a los agricultores europeos.
Este caso muestra lo que ocurre con el comercio mundial y es un claro ejemplo de que el actual sistema económico y sobre todo quienes lo dirigen, léase los principales países desarrollados, los organismos multilaterales y, al final de la cola, los países aliados a estas posiciones, como es el nuestro, lo único que pretenden es conservar lo que tienen; es decir, mantener su nivel de vida y que éste sea pagado por el conjunto de países pobres.
Con qué estulticia hablan esos líderes del ?libre comercio? y lo enarbolan como la gran solución de las naciones a los problemas de todos en el marco de la globalización. Estamos viendo lo que ha significado el llamado libre comercio, resultando que los países más proteccionistas han sido y son los desarrollados, y muchos ingenuos que creyeron en sus bondades, como México que le entró a la piñata y creyó que ganó mucho, en realidad están peor que cuando iniciaron este duro proceso de libre comercio.
Lo que deberían entender los líderes de los países desarrollados es que ?han estirado mucho la cuerda? y que burlarse, como lo han hecho en esta reunión de Hong Kong ?porque posponer las cosas hasta 2013 es una burla muy peligrosa?, no sólo por las protestas cada vez más numerosas que se desarrollan en cada reunión, sino porque los pueblos de muchos países tienen hambre y no encuentran ya una salida en este mundo económico de los ?mercados y el libre comercio?.
La explotación, esta es la palabra adecuada, que desde hace mucho tiempo se realiza día tras día con los agricultores de muchos países sin duda es indigna
en el siglo XXI y debe de ser eliminada, porque si no las consecuencias serán irremediables y ahora sí perderemos todos, incluso aquellos ?agricultores de oro? de los países desarrollados.
Por último, sería muy conveniente saber si nuestro país asistió a dicha reunión, pues sólo leemos de las intervenciones de los brasileños, los argentinos, los indios, pero nada de México.
Es una muestra más de cómo también hemos caído en el concierto mundial y hemos cedido el lugar a otros países que por lo menos defienden públicamente los intereses de sus pueblos.
Lo único que se supo de los mexicanos fue la participación del gran actor Gael García en las protestas en contra de los subsidios; es satisfactorio saber que cuando menos los mexicanos, muchos de ellos, están en la defensa de los pobres.
Analista político y economista
