Cuando un empresario exitoso cree que se las sabe todas e intenta invadir campos de acción que no conoce, inicia una debacle que lo puede llevar al fondo del abismo.
Por supuesto que esto no aplica a la gran cantidad de mujeres y hombres emprendedores en nuestro país que apuestan por la talacha del día con día para conseguir sus objetivos y generar riquezas.
Los del primer tipo hacen de la notoriedad su estilo de vida, los cuales requieren de constantes reflectores que alumbren su persona, seguros que no hay nadie que pueda hacer las cosas mejor que ellos.
Estos audaces empresarios no crea usted que andan por el mundo así nomás, no, tienen normas, fundamentos, principios y hasta un decálogo, el cual me permito transcribir.
1) EGOLATRÍA.- Ese gran empresario debe construir un excesivo culto a su propia personalidad; tener un gran cuadro de cuerpo entero en su oficina, un frasco con su olor y un nombramiento rimbombante con el cual ser presentado en sociedad.
2) FRIVOLIDAD.- Ir por la vida sin inyectar sustancia a lo que hace; ser ligero, casual, veleidoso, vestir a la última moda y de ser posible, no usar calcetines. Apostar frecuentemente y no pagar.
3) PREPOTENCIA.- Las cosas deben hacerse porque lo manda el jefe; las órdenes son para cumplirse, faltaba más, que por algo son los dueños aunque las decisiones sean poco meditadas e impopulares.
4) PODER.- Todo el que el dinero y las influencias puedan traer. Nada de pensar en valores morales o esas tonterías que no sirven para nada. Poder que no se ejerce se pierde.
5) SOBERBIA.- Se debe entender que ?los demás? son un concepto inferior; sólo debe contar lo que se puede expresar en primera persona, algo así como el Estado soy yo.
6) TOMA DE DECISIONES.- Eso sí, rápidas, al botepronto, porque si se piensan le puede asaltar la razón o el remordimiento. Despedir a quien sea, como sea y a la hora que sea. Aunque no lo merezca.
7) MANEJO DE GRUPO.- Las ideas geniales son propiedad privada y el empresario, generoso por naturaleza, las pone al servicio de sus subordinados aunque a ellos no les guste pues deben entender que es por su bien.
8) IDEAS CLARAS.- Enunciar sus ideas con claridad y no hacerse bolas; cumplir prioridades y sobre todo, las promesas.
9) COMUNICACIÓN.- Directa, ágil, respetuosa, exactamente para que aquel con quien se establece sepa qué se requiere de él; si se entera de algo por otros medios alla él, eso le pasa por no estar atento.
10) LIDERAZGO.- Para el exitoso empresario mando y liderazgo son lo mismo; sirven para ser obedecido.
En fin, siga estas reglas y seguramente llegará a dueño de equipo de Primera División. Finalmente, una reflexión: era un hombre tan pobre que no tenía mas que dinero.
No crea usted, amable lector, que este decálogo lo inventó Jorge Vergara pero no dude que gustoso lo firmaría.
La forma de despedir a Benjamín Galindo fue irrespetuosa, corriente, majadera y falta de tacto. Además, al apostador propietario le faltaron pantalones para enfrentar al ?Maestro? y decirle cara a cara el porqué de su baja, prefiriendo un portavoz como Néstor de la Torre que, por cierto, flaco favor le hizo.
Vergara está empeñado en volver odioso al Guadalajara y no debemos permitirlo. Chivas es patrimonio de la nación y de la afición, no de este brillante empresario. No se vale.